Después de más de media hora, Silvia y Luis finalmente llegaron a la villa de Viviana. Antes de que pudieran abrir la puerta, escucharon varias voces desde adentro.
—Ve despacio, queremos darle una sorpresa a tu mamá. Coloca el pastel aquí, y aquí...
Silvia no pudo evitar sonreír. Esos dos, le había