La sorpresa se reflejó en los rostros de todos. Julio nunca había abandonado una reunión a la mitad.
Ante las miradas suplicantes de todos, Adrian lo siguió a regañadientes.
—Señor.
Julio le indicó seriamente que se callara, luego tomó su teléfono, listo para llamar a Silvia. Pero cuando estaba a p