—Te doy un minuto, sal —le dijo Julio al teléfono con tono imperativo.
¿Salir? Silvia apretó el teléfono con fuerza y miró por la ventana:
—¿Estás aquí?
—¿Tú qué crees?
Julio colgó directamente. Silvia miró asombrada el teléfono que había sido desconectado y luego se volteó hacia Luis, un poco aver