Capítulo 19. El Impacto de la Realidad: Valentina.
La sonrisa de Valeria, tan brillante y vacía, se clavó en mi pecho como un puñal. Su voz, dulce y venenosa, me recordaba mi lugar. "Amiga". La palabra resonó en mis oídos, fría y despectiva. ¡Amiga! La conexión que sentí. ¿Todo había sido un espejismo?
El beso. Ese beso posesivo y frío en los labios de Alejandro, frente a mí. Fue una bofetada. Un recordatorio brutal de que él pertenecía a ese mundo de lujos y compromisos pactados, un mundo del que yo no formaba parte. Sentí cómo la ilusión, esa pequeña burbuja de esperanza que había creado en mi mente, se reventaba dolorosamente. Me sentí estúpida, ingenua. La diseñadora de modas soñadora, la que creía en conexiones profundas, no era más que el juguete de un millonario aburrido, una distracción pasajera en su rutina de "chequeos". El rubor de vergüenza subió a mis mejillas, pero fue rápidamente opacado por una oleada de humillación y el inicio de unas lágrimas que amenazaban con desbordarse. La desesperación me invadió; no solo por mi