CAPITULO 4

—Buenos días.

Karen se tensa al escuchar la voz de Bladimir, voltea lentamente su cabeza y nota que ya se encontraba muy bien vestido, intenta ignorarlo y convence a su esposo de entrar a la habitación para descansar ya que le dice que durmió incomoda en la piscina.

—No debería dormir en lugares así, cualquier enfermo podría aprovecharse de usted mientras duerme, porque caras vemos, mentes no sabemos.

Ella no podía creer que él estuviera diciendo eso después de lo que pasó la anoche anterior, su roja cara de vergüenza la obligó a entrar con su pareja a la fuerza a la habitación para así no verle mas la cara a Vladimir, pero antes de que cerrara la puerta vio la sonrisa maliciosa que adornaba el rostro de Vladimir.

Para Vladimir era simple diversión el provocar a Karen ya que era entretenido para él verla tan nerviosa cuando esta frente a él y que su esposo estuviera a su lado y pensaba que mientras tuviera la oportunidad seguiría disfrutando del juego.

Cerrando los ojos y disfrutando del agua que cae de la regadera, Karen intenta olvidar no recordar lo que había hecho, había roto la promesa que le hizo a su esposo hace tres días atrás en el altar, le fue infiel y la culpa le remuerde la conciencia, pero en alguna parte dentro de ella, recordar la salvaje noche que tuvo con aquel hombre que creía era un troglodita sin escrúpulos, le excitaba con solo revivir los recuerdos en su mente

Sonríe mientras recuerda el toque de sus manos al tomarla de la cintura, los escalofríos que le provocaron cuando sus labios recorrían cada parte de su piel, como si fuera el néctar mas exquisito del mundo, sus manos eran tan grandes que las de su esposo, sus brazos sujetándola con firmeza mientras la embestía, recordar sus jadeos la hacían sentirse mojada.

“Fue… la mejor noche de mi vida”

—Pero que diablos estoy diciendo.

Molesta consigo misma cerró la llave y salió de la ducha, toma una toalla y sale del baño mientras su esposo se encontraba analizando unos documentos en su computador, pero se ve interrumpido cuando siente algo húmedo sobre sus piernas al ver lo que era vio que era una toalla mojada

—Karen vas a…

En silencio observa como su esposa se coloca unas medias, pasa saliva ya que siempre le pareció sensual que su esposa usara ese tipo de lencería con encajes de color negro, blanco o rojo, pero el blanco y el rojo, eran sus favoritos

Se acerca a ella por la espalda, y colocándose en cuclillas comienza a besar sus piernas mientras sube lentamente, Karen se estremece por lo que estaba haciendo, voltea y le dice que no quiere interrumpir en su trabajo pero Joseph ignora lo que dice al sentir el deseo de hacerla suya

—Joseph…

—Vamos amor, es nuestra luna de miel, se supone que vinimos a esto, pero fui un idiota y muy egoísta contigo al no darte la atención que deseabas… déjame compensártelo… ¿si?

No quería decirle que no ya que después de todo era lo que deseaba desde el principio, por lo que accedió y se dejó llevar por el momento y correspondió a sus caricias, Joseph la llevó hasta la cama sin dejar de besarla.

“No lo entiendo… ¿Qué me está pasando?”

Molesta consigo misma busca una explicación lógica  para lo que acaba de pasar, estaba haciendo el amor con su esposo pero no sintió ni una sola pizca de placer, al contrario deseaba que pronto terminara, era como si hubiera accedido a la fuerza, pero ese sentimiento cambio en los últimos minutos cuando el la volteó y lo estaba haciendo por detrás, Karen recordó por unos segundos la forma en que Vladimir la sujetó de sus caderas y al decir su nombre mentalmente y pensar en su rostro su excitación creció hasta lograr llegar al clímax.

—Karen… eso fue… increíble. —dijo Joseph sin creer que su esposa fuera capaz de hacer tantas posiciones —Hay que hacerlo mas seguido amor.

—Si.. claro.

“Porque me excité cuando pensé en ese tipo sin escrúpulos” “¿Acaso quieres perder tu matrimonio Karen?”

—Hoy, definitivamente pasaremos un gran día cariño. —dijo mientras se vestía Joseph —Te tengo una sorpresa.

El celular de Joseph comenzó a sonar, él tomó la llamada rápidamente y se encerró en el baño dejando sola a Karen en la habitación, ella solo podía pensar en lo culpable que se sentía ya que incluso en el sexo, pensó en otro hombre.

—Cariño… lo siento, yo… debo terminar un asunto importante, ¿te molesta si hago esto?

—No —dice sin importancia —Iré a dar un paseo.

El deja un beso cálido en sus labios

—Te prometo que terminaré pronto, ademas, asi me dará mas tiempo para preparar la sorpresa que te tengo.

—Ok.

Mientras tomaba el ascensor, una pareja subió un piso mas abajo y mencionaron que en el hotel tenían aguas termales que ayudaban a desestresarse por lo que ella decidió que era una buena oportunidad para olvidarse de todo.

En recepción le dieron un mapa para llegar hasta las aguas termales, pero le dijeron a Karen que casi nadie iba ya que estaba muy retirado del hotel y que las personas por eso no visitaban ese sitio y eso se le hizo más interesante para Karen porque disfruta de los viajes mochilera.

—Si no me equivoco… las aguas deberían de estar a unos metros de aquí.

Una hora caminando por el sendero casi cubierto por las hojas de los árboles, creía que estaba perdida pero cuando vio el rotulo que deseaba encontrar sonrió emocionada y corrió hasta a él para poder tomar al fin un baño relajante, el que tanto deseaba.

—Al fin. —dijo con emoción

El humo casi transparente salía de la posa enorme cubierta de piedras alrededor. Comienza a deshacerse de su ropa y cuando estaba por quitarse el short alguien salió de las aguas, petrificada observa a Vladimir completamente desnudo salir del agua.

“¿él?”

—¿Tú… aquí?

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