Yvi
No lo dejo ir.
No esta vez.
No cuando titubea.
No cuando he visto lo que esconde detrás de su ira.
Me lanzo.
Descalza sobre las piedras frías, la ropa pegada a mi piel.
La lluvia cae, pesada, helada, como un castigo venido del cielo.
Pero no tengo miedo.
Ya no tengo miedo.
Él está allí, justo frente a mí, y siento su caos. Lo siento gritar en el aire.
Como una marea negra lista para tragármelo.
Yvi
« ¡Aleksandr! »
Él no se mueve.
No me mira.
Pero veo sus puños apretarse.
Sus hombros tensarse.
Recibe mi voz como un golpe que no esperaba.
Lucha. Contra mí. Contra sí mismo.
Y esta lucha lo consume.
Corro. Lo alcanzo.
Coloco mi mano en su brazo.
Está ardiendo bajo la lluvia.
Como si su sangre hubiera comenzado a hervir.
Yvi
« No te vayas así. No todavía. »
Él se da la vuelta con un movimiento rápido.
Sus ojos...
Abismos. Tormentas.
Un grito silencioso que me paraliza.
Está a punto de explotar.
Aleksandr
« No entiendes, Yvi. Te dejo viv