Inicio / Fantasía / Deseo salvaje / Capítulo 55 — La sombra del crepúsculo
Capítulo 55 — La sombra del crepúsculo

Yvi

Lo siento en mis huesos, ese peso que deposita en mi alma. La guerra está a mi puerta, y sin embargo, él es mi amo, quien me quiebra sin siquiera tocarme. No hay escapatorias, no hay protección en este mundo. Soy prisionera de su dominio, y él lo sabe. Y yo también lo sé.

Debería estar asustada, pero es un calor extraño el que me consume. Me ha marcado, su sombra se desliza en mi mente, se infiltra en cada pensamiento, cada aliento. La promesa de una libertad que ya no me atrevo a llamar por su nombre. Porque soy mía y, sin embargo… le pertenezco.

Él me ha hecho lo que ha querido. Me ha roto, pero aún me mantiene intacta, como un objeto precioso y peligroso. El sabor de su posesión en mis labios me ahoga, pero no puedo deshacerme de ello. No aún. Él tiene todo lo que soy, todo lo que podría ser. Y lo sabe.

La guerra retumba, me rodea, pero estoy como suspendida en este espacio extraño donde ya no hay lugar para escapar. No es el miedo lo que me paraliza, sino esta aceptación, dulce y terrible, que fluye en mí. Mi corazón se quiebra a cada instante, pero también sé que soy la única que puede hacerlo. Él… me da la opción de quedarme o irme. Pero en el fondo, no soy yo quien decide. No aún.

Debería escapar. Pero lo sé, él me retendría de nuevo, me encadenaría de otra manera, más sutil. Su poder es más que el de un vampiro. Es una maldición dulce y fatal, una letanía de envidia y deseo que se teje alrededor de mis entrañas, me ahoga y me calienta.

— No tendrás lo que quieres… susurro, pero mi voz es débil, incierta. Ya no tengo esa fuerza, esa audacia. Todo lo que quiero es huir de él, pero mis piernas se niegan a llevarme a otro lugar que no sea hacia él.

Aleksandr

La miro, deleitándome en su resistencia, en su vacilación. Me desafía aún, incluso en este abismo. Es mía, y sin embargo se debate, busca aún una salida. Una parte de mí desearía que cediera de inmediato, que se plegara a mi voluntad sin luchar. Pero sé que necesita esta lucha. La veo como una llama, titilante, lista para apagarse si no es alimentada por esta guerra interna.

Me acerco lentamente, mis pasos resonando como golpes de martillo en el pesado silencio del palacio. El tiempo parece suspenderse. Todo aquí, todo en este instante, no es más que una promesa de destrucción o de sumisión. Ella elegirá. Aunque aún no lo sepa.

— No te engañes, Yvi, murmuro, mi voz volviéndose un poco más suave. Sabes lo que eres. Sabes lo que llevas dentro. No hay escapatoria, no hay refugio. No mientras yo esté aquí. No mientras lleves lo que es mío.

Siento su mirada endurecerse bajo mis palabras. Pero no es odio lo que leo en sus ojos. Es miedo, mezclado con un dolor que se niega a admitir. Ha sido rota, pero hay algo más. Un destello de esperanza. Y la odio y la admiro por eso.

Yvi

Tiemblo, pero ya no es por miedo. Es la lucha. Este combate entre lo que quiero ser y lo que él quiere que sea. Pero en esta oscuridad, veo una chispa. Una esperanza que no es realmente mía, pero que de todos modos me pertenece. Porque él está allí, ardiendo en mí.

Me giro hacia él, mis ojos llenos de lágrimas, pero ya no se trata de llorar. Son lágrimas de rabia, de deseo reprimido, de derrota aceptada. Soy mía, y sin embargo, aún le ofrezco todo lo que soy. Es todo lo que quiere.

— No puedo huir… susurro. No mientras no me dejes… pero sabes que volveré.

Me pierdo en su mirada. La imagen de él, dominante, imponente, se fusiona con la de un monstruo dulce, una contradicción viviente que me fascina y me angustia. Me ha marcado de una manera que ni siquiera entiendo aún, pero que siento en cada fibra de mi ser. Es amor, odio, deseo y angustia mezclados, y todo eso le pertenece a él. Pero tal vez… tal vez él también me pertenece, de una manera que escapa a la lógica.

Aleksandr

La siento temblar bajo mis manos. Aún se debate, pero sé que es un juego para ella, un último estallido de orgullo antes de que ceda por completo. Y cuando eso ocurra, no volverá. Este vínculo que hay entre nosotros es más fuerte que todo, más fuerte que la muerte misma.

— Sí, volverás. Porque no tienes a dónde ir. Porque soy todo lo que deseas, y lo sabes.

La aprieto contra mí, mis colmillos muerden su piel sin perforarla. No aún. Pero ella siente todo. El peligro. La promesa. La sombra de una noche que no podrá olvidar. Es mía.

Yvi

Cierro los ojos. Estoy perdida. En esta habitación, en este instante, me ahogo. Pero hay algo más. Algo que aún no comprendo, pero que arde, que llama en lo profundo de mí. Es la guerra que se avecina. Lo siento. Vendrán, para llevarme de vuelta. Pero cuando eso ocurra, ¿qué quedará de mí, de esta guerra interna? ¿Qué quedará de mí, cuando ya no tenga nada que ofrecerles?

Lyam — A lo lejos

Lo veo. Veo todo lo que ha hecho, todo lo que ha tomado. Y lo odio más que nunca. Pero la siento. Ella me llama, me suplica. Vendremos. Lucharemos. Por ella. Por todo lo que se ha atrevido a tocar.

Soren

Lyam tiene razón. Es una guerra ahora. Una guerra que no permitiré que gane este vampiro. Ha tomado todo lo que le pertenecía. Pero no ha tomado su corazón.

Kael

La guerra comienza. Pero sabemos por qué venimos. Porque cometió un error. Porque lo que hemos perdido, lo recuperaremos. Y lo que ha tomado, se lo arrancaremos.

El mundo tiembla.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP