Início / Fantasía / Deseo salvaje / Capítulo 23 – Caza y recuperación
Capítulo 23 – Caza y recuperación

Kael

Siento su olor. Débil, distante… pero está allí.

Aprieto los puños. ¿Ese pequeño idiota piensa que puede huir de nosotros? ¿Después de lo que le dimos? ¿Después de haberla marcado, tomado, reclamado frente a toda la manada?

—¿Realmente cree que puede sobrevivir ahí… sola?

Lyam ruge, Soren permanece de mármol, pero veo la locura encendida en sus ojos.

—La encontraré. Le recordaré a quién pertenece.

---

Soren

Su olor aún flota en el aire. Lo respiro profundamente. Y una emoción me recorre.

Ella cree que huye de nosotros. Cree que escapa de este vínculo.

Pero está equivocada. Es nuestra. Siempre lo ha sido.

Cierro los ojos y lo siento. Su miedo. Su deseo. Su angustia.

No durará mucho.

Y cuando la encontremos…

La romperé. Despacio. Hasta que comprenda que nunca podrá dejarnos de nuevo.

---

Hiedra

La noche aún cae. El frío muerde mi piel.

Me pierdo en mis pensamientos. En sus recuerdos.

Sus manos sobre mí. Sus bocas. Sus cuerpos, tan fuertes, tan violentos, tan tiernos a veces.

Hui porque me pierdo. Porque me consumen. Porque tengo miedo de lo que despiertan en mí.

Ya no soy humana.

Solo soy un aliento, solo un cuerpo ofrecido a sus deseos.

Y lo peor… es que quiero más.

Lloro. En silencio.

Pero, en el fondo, ya sé que esta huida es en vano.

Ellos vendrán.

Y esta vez… puede que no me levante.

---

Hiedra

El suelo está frío bajo mis palmas. Me arrastro en el barro, sin aliento, los músculos quemados por el esfuerzo y el frío. Cada paso me cuesta. Cada inspiración me arranca un gemido ronco.

Pero no me detengo. No quiero parar.

Huir. De nuevo.

Su olor está por todas partes en mi mente. Sus caricias en mi piel. Sus besos feroces. La mordida de sus colmillos en mi garganta.

Cierro los ojos. Y los veo. Desnudos. Salvajes. Sus cuerpos contra el mío. Su calor envolviéndome. Sus manos sujetándome.

Un gemido escapa de mis labios partidos.

—No…

Pero mi cuerpo recuerda. Y mis muslos tiemblan, vacíos de ellos.

Soy débil.

Y ya lo sé… estoy perdida.

---

Lyam

—Está allí. La siento.

Mi voz es ronca, temblando de ira y deseo entrelazados.

Kael gruñe a mi lado, sus ojos brillando con un fulgor bestial.

—Va a pagar.

Soren, impasible, avanza con un paso lento y felino. Su mirada de acero fijada en el rastro invisible que ella dejó.

Siento su miedo, su desesperación. Pero aún más… siento su necesidad. Ese calor que se eleva entre sus muslos, ese hambre que se niega a aceptar.

Y me vuelve loco.

—Corrió demasiado tiempo —susurro a Kael—. Ahora aprenderá.

Asiento. Sí.

Pensó que podía huir. Que podía escapar de sus alfas.

Pero es hora de recordarle a quién pertenece.

---

Hiedra

Caigo. Mi cuerpo finalmente cede. Y en mi caída, sé que se acabó.

El suelo me recibe con un frío helado. Mi garganta se cierra.

Entonces… los oigo.

Pasos. Gruñidos. El crujir de las ramas bajo su peso.

Están aquí.

El pánico me invade, pero mi cuerpo se niega a moverse. Estoy al límite de mis fuerzas. Al borde de la esperanza.

Y cuando sus sombras emergen de la noche… ya no tengo fuerzas para gritar.

Lyam me agarra brutalmente, me arranca del suelo como si fuera una muñeca de trapo.

—¿Pensaste que podías huir?

Su voz golpea, violenta.

Kael está allí, su mirada negra de ira. Soren me observa, frío, implacable.

—Idiota —escupe Kael, agarrando mi barbilla—. Mírame cuando te hablo.

Obedezco. Mi mirada se pierde en la suya.

Me desean. Lo siento. Lo exudan por cada poro.

—Ustedes… me odian…

Mi voz tiembla, patética.

Lyam ríe, un sonido ronco, sin dulzura.

—¿Odiarte? No, Ivy. Te queremos. Y eso es peor.

Me lanza contra un tronco. Mi espalda choca con la corteza áspera, mis piernas flaquean.

—Eres nuestra. Y te lo vamos a recordar.

---

Kael

Soy el primero en caer sobre ella. Mi mano se desliza por su cabello empapado, le echo la cabeza hacia atrás para dejar expuesta su garganta.

Su piel es tan fina, tan frágil…

—¿Quieres que te odiemos? Entonces, ¿por qué tu cuerpo aún nos llama, eh?

Aplasto sus labios con los míos. Ella gime. Su olor a miedo y deseo me enloquece.

Lyam arranca su ropa sin la menor dulzura. Los restos caen al suelo, revelando su piel desnuda y temblorosa.

Es perfecta. Sublime. Nuestra.

Soren se acerca por fin, lentamente, y susurra con voz helada:

—Vamos a marcarte de nuevo. Hasta que lo entiendas.

---

Soren

La miro. Tiembla, pero no es de miedo. Su mirada huye, pero su cuerpo… su cuerpo nos suplica.

Desabrocho mi cinturón con un gesto lento. Lyam la sostiene contra el árbol, Kael ya le muerde la garganta.

Me acerco. Mi miembro, duro, listo para castigarla.

—Ivy, vas a disfrutar esta noche. Una y otra vez. Hasta que supliques que te llevemos de vuelta.

Ella gime, ya perdida.

Y la tomo. Brutalmente. Salvajemente. Lyam la sujeta, Kael la acaricia.

Ella grita. Lucha. Pero su placer la traiciona.

Gime con la cabeza echada hacia atrás, su cuerpo sacudido por espasmos.

Pero no ha terminado.

---

Lyam

Tomo su boca. La devoro. Mi mano reemplaza la de Soren en ella, la trabajo para hacerla gemir de nuevo.

Kael la toma a su turno.

Ella no es más que un juguete en nuestras manos. Nuestra mujer. Nuestra presa.

La noche resuena con sus gritos, con nuestros jadeos.

La follamos sin tregua. Hasta que su cuerpo se convierta en nuestro territorio de caza.

Y por la mañana, lo sabrá.

Sabrá que ya no puede huir.

Porque es nuestra.

Para siempre.

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App