Capítulo 13
Ginebra
Sé que tal vez llorar no arregle las cosas que ya pasaron, ni mucho menos hacerlo va a cambiar el pasado. Sin embargo, siento que llorando la rabia y el dolor que estoy sintiendo en este momento se aplacan un poco, dejando así atrás lo que sucedió en esa bendita fiesta. Nunca pensé que Max sería capaz de hacer una cosa de esas, pero el que no haya sabido que era yo, no lo justifica.
Cuando llegue mi departamento no tenía deseos de hablar con nadie, solo quería estar sola para así poder llorar en paz y dejar pasar este trago amargo. Aun así yo misma no me lo iba a permitir, no iba a llorar más de lo que ya he llegado desde que salí de ese lugar. Me lo prometí a mí misma aquel día en la playa no ser tan débil y así lo voy a cumplir.
Al quitarme los zapatos los lanzo al primer lugar que se me atraviesa en el camino y de milagro no destrocé nada. Solo dejo mi cuerpo caer sobre uno de los sofás individuales del lugar y bajo mi cabeza sosteniéndola con mis manos. Pienso