Mundo ficciónIniciar sesiónAntonio
El fuego me arrancaba la respiración mientras el aire se llenaba de polvo rojo y gritos.
Las llamas devoraban cada recuerdo a su paso. No podía ver más allá del corredor.
—¡Mamá! ¡Andrea!
El techo crujía encima, a punto de ceder. Tosí sin control; el humo y las cenizas me quemaban la garganta.
—¡¿Dónde están?! —grité con todas mis fuerzas antes de volver a toser.
Una ráfaga caliente me azotó el rostro.
Las lágrimas se evaporaban antes de caer.
Corrí, o eso creí.
Mis pies descalzos se hundían en la alfombra ennegrecida. El humo me impedía respirar, y el dolor en las piernas era un mordisco constante.
El olor a carne quemada me revolvió el estómago.
—¡¡¡Aaaaaaaaaah!!! —aque







