La mirada de Sebastian era tan dura como el acero, pero no dijo nada. Todavía estaba procesando las palabras de Francisco.

-- Incluso le envíe mensajes, los puedes ver acá – seguía lanzando su veneno el ex de Melisa, levantando su teléfono y mostrándole la pantalla a Sebastian. Decidido a crear caos. -- Pero ella decidió escapar igual, sin importarle todos los años que te perderías de tu bebé... ¡Cinco años Sebastian! – exclamó como dramatismo.

-- ¡Cinco años! – repitió.

El presidente Novak estaba a punto de explotar, sabía muy bien lo que se había perdido, y no necesitaba que alguien como Francisco se lo viniera a recordar

-- Te imaginas vivir cinco años pensando que no tienes papá, y tú... cuanto debes haber sufrido al averiguarlo –

-- ¡Basta! – grito Sebastian lleno de rabia. – Si tanto te preocupaba que mi hijo no tuviera papá ¿Por qué me buscaste antes para decírmelo? – Francisco se quedo en silencio, no esperaba esa pregunta de Sebastian, pero ero justa.

-- ¿Por qué vienes ahor