Capítulo 46. Una vida prestada.
Melisa acepto el trabajo propuesto por el señor Vargas no como una limosna, sino como una oportunidad de sobrevivir.
A la semana, Melisa se encontraba revisando documentos con él. Sin habérselo propuesto resultó ser mejor trabajadora que su antigua secretaria, no por nada iba a convertirse en la secretaria del presidente Novak.
A la segunda semana Melisa ya atendía sus llamadas, Felipe solo la llamaba a ella cuando necesitaba algo del don, la confianza que se había ganado no estaba duda.
-- Melisa esta tarde no volveré a la hacienda, avísale al señor Vargas que me quedaré en la ciudad para la firma de un nuevo contrato – ella atiende la llamada y le entrega la información a su jefe.
A la tercera semana, la antigua secretaria del señor Vargas decidió renunciar, dejando en manos de Melisa la administración de todas sus acciones.
-- Tienes un talento innato para esto Melisa, es hora de que yo también me retire – le había dicho la mujer que acompaño a Don Emiliano por décadas.
-- No era mi