Capítulo 3.
El murmullo en el vestíbulo se intensificó, las voces estaban cargadas de duda, creían que estaba haciendo el ridículo.
—¿Cómo puede una humana tener un compañero?
—Está mintiendo, ¡obviamente!
—Solo dice cualquier cosa para provocarlo.
Luis me miró fijamente. —Elena, ¿crees que puedes provocarme inventando una mentira?
—Eres una humana que ni siquiera puede despertar a su loba, tampoco tienes aroma de manada. ¿Qué hombre lobo te reclamaría alguna vez como su compañera?
Dio un paso adelante, con su dominio Alfa estallando con fuerza.
—¿O acaso te acostaste con algún humano cualquiera y tienes la audacia de llamarlo tu "compañero"?
No respondí, solo apreté con fuerza la piedra lunar. Mi hijo me esperaba arriba, así que no quería perder más tiempo aquí.
Al ver eso, los labios de Salomé se torcieron en una sonrisa maliciosa. —Si Elena quiere ser la compañera de un Alfa tan desesperadamente, ¿por qué no la dejamos quedarse y ser útil?
Miró a los presentes, su voz era dulce, pero cada palabra estaba impregnada en veneno.
—Todos ustedes son líderes Alfa, y necesitarán a alguien que les sirva las bebidas. Elena, esta es una oportunidad maravillosa, quizás logres seducir a uno de ellos. ¿Eso no sería más digno que suplicar por protección?
Los hombres lobo alrededor estallaron en risas. Para ellos, convertir a la “ex humana de un Alfa” en una camarera, sería un espectáculo divertido.
—¡Qué gran idea! Que haga trabajos serviles. ¡Le va a su clase!
—¡Los humanos están para servir a los de nuestra especie!
—¡Qué amable de parte de Salomé, al ofrecerle una oportunidad! ¡Yo te habría echado de inmediato!
Reí con furia. —¿Acaso están sordos? ¡Dije que me dejen ir!
Mi negativa hizo que el rostro de Salomé se ensombreciera.
—Elena, realmente eres una ingrata. Te ofrezco el honor de servir a nuestra gente, ¿y te atreves a negarte?
La expresión de Luis se volvió aún más hosca. —Elena, ¿qué demonios quieres? ¿Dinero? ¿Estatus? ¿O quieres que te acepte de nuevo? Te digo que eso es imposible, mi compañera solo podrá ser una loba de sangre pura como Salomé. ¡Métetelo en la cabeza!
En ese momento, varios guardias uniformados de la manada se acercaron, y el guardia que se había dirigido a mí antes, me señaló.
—Capitán, esta humana contaminó la fuente del hotel y se niega a irse.
Su expresión se tornó grave. —Un huésped extremadamente importante asistirá a la cumbre de hoy: el Rey Alfa de la Manada Luna de Medianoche, además trajo a su Luna y a su heredero, es la primera aparición pública de su familia. Por lo tanto, no puede haber ningún incidente.
Su mirada se clavó en mí, afilada y venenosa—. ¡Especialmente no de ti, humana inferior! Tu mera presencia es una ofensa para el estimado Rey Alfa.
Dos guardias dieron un paso adelante, preparándose para arrastrarme por la fuerza.
Justo entonces, Luis intervino. —¡Esperen!
Su mirada se fijó en la piedra lunar que tenía en la mano, su cuerpo temblaba levemente y tenía la voz ronca.
—Elena, ¿por qué no lo entiendes? ¡Hace mucho que dejé de necesitar símbolos que pertenecen a los débiles!