Los sentimientos de Aisha eran obvios por mucho que intentará negarse, ella simplemente quería que las cosas volvieran a la simplicidad de antes pero al mismo tiempo no. A pesar de que habían pasado muchas cosas en su vida tenía que admitir que tuvo momentos muy buenos al lado del hombre por el que empezaba a sentir algo.
— Entre más lo niegues, más va a insistir en empujar la puerta para que le abras — la nana se puso al lado de Aisha y le sonrió llena de amabilidad — no está mal enamorarse.
— Eso me hace ser vulnerable y no me gusta cuando no tengo una seguridad brindada, Alejandro a veces me hace confiar y otras veces desconfío. Solo quiero que las cosas entre nosotros estén bien, por este bebé — ella colocó su mano en su vientre — es el menos culpable de lo que pasó esa noche.
— Él quiere poner de su parte y es un intento muy valioso, por cierto, ¿En dónde anda?
— Se me antojaron patitas de cerdo de un comedor chino que está por el hospital, espero que no tarde porque solo de pens