Me quedo en mi lugar, tomando un poco de té frio mientras la mujer busca a Danell incluso debajo del lavado. El enojo es evidente y yo solo me concentro en la novela que estoy viendo en la televisión, una bastante aburrida en comparación a mi vida.
— ¡¿Dónde lo escondiste?! — grita Flavia. — Te lo dije: él no está. No sé qué pasa con ustedes y tampoco voy a preguntar, porque eso no tiene nada que ver conmigo, pero…— Tiene todo que ver contigo, desde que llegaste, todo ha sido malo en mi relación con él. Eres como si fueras la personificación de destrucción, apareces y todo sale mal en mi vida.— Eso sí que es raro, Flavia. Porque según escuché, ya ustedes no vivían juntos cuando yo fui secuestrada por Louis. — digo mirando la novela.— Teníamos diferencias, pero, la hab&iac