Capítulo 85: Apoyo
La noticia fue devastadora provocando que las fuerzas abandonaran al castaño… ya que podía recordar que ese siempre fue uno de los sueños de su hermana: ser madre.
Pero ahora…
Por suerte Erika reaccionó rápido, sujetándolo para que no se derrumbara.
Al ver que Abel se había perdido en sus pensamientos, ella fue quien terminó de platicar con el doctor sobre lo que pasaría a continuación.
- Ahora estará bajo observación y la mandaremos a una habitación.
- Puede enviarla a la habitación 18, en ella su madre igual está descansando y creo que necesitaran estar juntos.
- Claro señorita, ahora pido a los enfermeros que la lleven a ese lugar.
- Gracias doctor.
- De nada señorita Rossi, de todos modos en una hora pasaré a revisarla y asegurarme que la hayan instalado de forma correcta en la habitación – comentó el médico pasando a retirarse.
- Si, gracias – mencionó sonriendo – ah… vamos a la habitación Abel.
- Su sueño… - murmuró triste derramando lágrimas silenciosas.
- Ah