Capítulo 4: ReglasPor suerte, Erika tenía razón y la señora Natalia impidió que Antonio metiera en la casa a la suegra y cuñada-amante.Pese a los gritos y quejas, Antonio no pudo hacer nada y solo vio impotente cómo su madre sacaba de patadas a Elena y a su madre, argumentando que era su propiedad y ella decidía quien vivía en su interior y quién no.- Pero madre… - se quejó Antonio.- ¿Qué?- Es que se lo debemos a Elena.- ¿Debemos?- Pues sí, porque Erika asesinó a tu nieto, así que…- Así que nada.- MAMÁ.- Mamá nada, a mí no me consta que ese niño fuera tuyo.- ¡QUE!- Y a mí me endulzas la voz – se quejó abofeteándolo – porque si no ahora mismo te pongo de patitas en la calle y ve cómo pagas tus lujitos.- Pero mamá, ese bebe…- ¡Ya! una palabra más y te corto tus tarjetas, además ya tienes esposa así que compórtate, que me costó millones silenciar todo el escándalo de la boda.- … - Antonio hizo una mueca, pero guardó silencio.- Bien, ahora me retiro y más te vale que te co
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