Amelia.
Jamás pensé que pudiera estar tan nerviosa como me encuentro en estos momentos, mis manos temblaban y transpiraban por las dudas que me asaltaban. Tenía muchas preguntas y mucho miedo de que las cosas no fueran a resultar como esperaba y tuviera que hacer lo que ya me había convencido que no lo haría.
Lo único que me tranquilizaba en cierta manera era tener a Aaron a mi lado apoyando todas mis decisiones, sin importar toda esta historia con mis padres él aún está dispuesto a estar a mi lado.
— No entiendo porque están tardando tanto, jamás llegan tarde a un negocio.
— Tranquila, aún hay tiempo. Yo creo que quizás desconfían un poco, dales un tiempo.
Aaron tenía razón, él los había amenazado cuando habían estado en casa posiblemente creían que podría traicion