39. Pov Dan
El sonido del teléfono de Niki rompió el silencio justo cuando le daba la última cucharada de papilla a Anne. Ella la miró con esos ojitos somnolientos, y cuando el celular vibró de nuevo, Niki lo sacó del bolsillo de su bata y leyó el mensaje. Su expresión cambió. La vi fruncir el ceño, cerrar la mandíbula y suspirar.
—Es de la oficina —murmuró, como si se hablara a sí misma.
Yo apoyé la cuchara en la mesa y la observé. Todavía tenía el vendaje en la frente, el pelo recogido a medias y una sombra de ojeras que la hacía parecer más frágil de lo que estaba dispuesta a admitir.
—¿Qué dicen? —pregunté, intentando sonar tranquilo.
—Que qué pasó, que me esperan en una reunión urgente. —Deslizó el dedo por la pantalla—. Fernández dice que necesita que me presente hoy, que hay que cerrar un asunto con Clarkson.
El nombre me hizo apretar los dientes. Fernández.
El mismo idiota que la incomodaba en cada junta, el que no sabía mantener la distancia ni siquiera cuando ella se lo dejaba en claro