Eli tenía que avisar a su hermano, sacó el móvil de su bolso y marcó el número de Sergey, que no tardó en contestar.
—Dime Eli. — dijo con voz ronca y sería.
—Solo te quería avisar que me quedaré hasta mañana con Dante. — Sergey no lo creía.
—¡¿Te has vuelto loca?! — alzó la voz, y Eli tuvo que apartar el teléfono de su oreja. —¡Quiero que vuelvas!
—No voy a ir, pasa tiempo con Abby, soy mayor de edad y yo decido por mi vida. — colgó.
—Sergey sigue sin perdonarme, ¿No? — ella asintió. —No quería perder su amistad.
—Te perdonará. — afirmó. —Él también echa de menos vuestra amistad.
—Hablaré con él y lo arreglaré o al menos eso espero. — la castaña solo sonrió.
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Llegó la noche, cenaron y vieron la tele abrazados. Fueron rumbo a la habitación, Eli estaba nerviosa . Estas junto al ruso, metidos en el cuarto y dormir en la misma cama. Dante fue a su clóset y la dejó un pijama de él, aunque le quedará grande. Ella se fue al baño y se cambió. Cuándo salió, vio a Da