Ese viaje a Moscú, fue un sueño hecho realidad para Elisabeth, una Americana de 25 años con problemas cardíacos. Los médicos le han dado 6 meses de vida y ella disfruta al máximo, pero jamás imaginó que ese viaje fuera un infierno para ella. Ser secuestrada por el líder más peligroso de la mafia rusa, ese hombre rubio y ojos azules. Ese hombre se encaprichó con ella y desde ahí, ella vive un infierno. ¿Qué puede ser peor qué ser secuestrada? Pues es ahí donde Elisabeth tiene que escapar antes de morir, pero... ¿Quién no querría morir después de haber sido secuestrada? Dante Ivanov, el mafioso más temido de Rusia. Ese hombre de 34 años y dueño de los bancos más conocidos de Moscú. Dante sufrió un desamor años atrás, ella lo dejó plantado en el altar y él no perdona eso, la traición no la perdona, Dante ni olvida ni perdona. Pero esa mañana choca con esa chica castaña de ojos claros, una chica que con su sonrisa iluminó el túnel oscuro del ruso. Pero él solo tiene camino "secuestrarla" pero él no imaginó que ella tuviera problemas de corazón y ella tiene desmayos, y cada vez su corazón está más débil. En la mafia todo es peligro, nunca estás a salvo y menos con enemigos detrás de ti. Dos Almas distintas, dos almas que están destinadas estar juntas, pero... ¿Ella podrá perdonarlo? ¿Se enamoran?
Leer más3 años atrás:
El maravilloso día, con el sol radiante de Moscú, ese día primaveral. Hoy había llegado el día para el ruso, hoy iba a dar el «si, quiero» después de años de relación con ella, después de haber vivido tantos momentos con ella, quería hacerla su esposa. Se miraba en el espejo de cuerpo entero, viendo su reflejo en el. Con su esmoquin negro, que le quedaba como anillo al dedo, marcando sus piernas y glúteos. La sonrisa no podía ocultarla, estaba feliz, por haber dado el paso.Dante podía ser despiadado, ruin e incluso ser destructivo. Pero con ella era un ángel, le daba todo lo que a ella se le encaprichaba.Unos toques en la puerta, hizo que el ruso dejará de mirarse en el espejo y centrarse en la puerta, que poco después fue abierta. Por ella entró una mujer de avanzada edad, de unos 55 años, rubia y muy elegantes. Dante sonrió al verla y era la mujer que le dió la vida, la mujer intentó no llorar por ver a su hijo mayor a punto de casarse.—Estas hermoso, hijo mío. — dijo, la mujer acercándose para abrazarle. —Aún no me creo que te cases.—Madre, aún te queda Dimitri. — respondió.—Ese es un caso perdido. — Dante, sonrió. —Quiero que me hagas abuela.—Eso más adelante, madre. — exclamó.—Vamos, que ya están los invitados y solo falta la novia. — Dante abrió la puerta y dejó que su madre saliera primero.Cuando llegaron al salón, los invitados estaban ahí, tomando una copa de champagne. Dante observaba el lugar y se sentía completo, aunque algo nervioso, pero es normal en un día como este, ¿No? El padre y el hermano de Dante se acercaron a él con una sonrisa.—Enhorabuena, hijo. — dijo, el padre y le dio un abrazo. —Te deseo lo mejor.—Gracias, padre. Aunque no negaré que estoy nervioso. — se sincero.—Eso es normal, son los nervios de la boda. — explicó su padre calmándole.—Hermanito, dentro de poco tiempo serás un hombre casado, se acabaron las mujeres. — bromeó, Dimitri.—Yo dejé las mujeres hace mucho tiempo, a ver cuándo te casas tú. — Dimitri, negó asustado, haciendo que el ruso sacará una pequeña carcajada. —¿Dónde está Sergey?—Esta en el despacho haciendo unas cosas. — Dante, asintió.Habían pasado 40 minutos y la novia no aparecía, ya estaban desesperados y Dante el que más. No paraba de mirar el reloj de su muñeca, se estaba preocupando.—¿Por qué no viene Danielle? — le susurró, a su amigo Sergey.—Tranquilo, las novias suelen retrasarse. — respondió.—No lo sé, esto es raro. — sentenció, preocupado. —Sé que se retrasan, pero no casi una hora.—Llámala. — Dante, hizo caso a su amigo y sacó su teléfono, marcó el número de la novia.—Danielle, ¿Dónde estás? — habló, cuando escuchó que descolgaban. —Te estamos esperando.—Lo siento, Dante, no iré. No estoy preparada para casarme. — Dante no daba crédito a lo que escuchaba. —Lo siento de verdad, espero que me perdones.—Danielle, no vuelvas a cruzarte en mi vida, porque de lo contrario, te mato. — colgó.La rabia, la ira, se apoderaron de él. Se sentía traicionado, engañado ahora iba a estar en la boca de todos, sabía que mañana todos saldría a la luz en las revistas y siendo portada. ¿Por qué le traicionó, si la dio todo? ¿Por qué hay mujeres tan miserables y malas? Dante se sentía así, utilizado.Su familia lo miraba con preocupación, Dante solo miraba el suelo.—¿Que pasa, Dante? — preguntó, Sergey.—Saca a todo el mundo, la boda se cancela. — salió de allí yendo a su despacho, cerró la puerta de un portazo y empezó a beberTenía ganas de llorar de la rabia, si eso era un castigo de Dios por todos los errores que él cometió, le habia dado un palo muy gordo. Definitivamente tendría que ser un castigo por lo que él hizo, pero así, de este modo, Dios o el karma, habían dado en la diana.En eses momento su vida se destruyó como un castillo de naipes, donde ahora todo lo que había planeado se había ido a la m****a y todo por una mujer que no le valoró.La puerta fue abierta y entró Sergey y su hermano pequeño, vieron a Dante beber copa tras copa.—¿Qué ha pasado Dante? — preguntó, Dimitri.—Ella se arrepintió y me dijo que no estaba preparada para casarse. — respondió. —La muy puta me dejó a minutos de la boda.—Dante, beber no te va a servir de nada. — exclamó, Sergey. —De esa mujer era de esperarse.—Dante Ivanov vuelve y esta vez el amor y los sentimientos están fuera de mi diccionario. — le dio un trago a la copa. —Dimitri tiene razón, las mujeres no se han acabado, ahora el sexo, será mi satisfacción.«Adiós al Dante romántico.» pensó.El Gran día había llegado, Elisabeth y Dante. Todo estaba organizado en su mansión, los empleados decoraban el jardín. El salón lleno de copas y bebidas, habían contratado camareros profesionales para su día, ya que iban a ser muchos invitados.Eli estaba feliz, emocionada. Iba a ser la esposa del hombre que amaba. Ella se arreglaba en la habitación, mientras Dante lo hacía en casa de su hermano. No se podían ver y cada uno lo hacía por separado. Pero estaban felices, porque iban a ser marido y mujer.Amanda se miraba en aquel espejo de su habitación, con su vestido de novia. Era de corpiño, qué provocaba un pequeño escote. De cintura para abajo, era suelto y con una gran cola. Un moño elegante, con su corona. Unos zapatos blancos altos de aguja y un maquillaje elegante.Dante llegó a la casa y todos los invitados le miraron, con una sonrisa. Él tenía un esmoquin negro con chaleco y camisa blanca, unos zapatos italianos negros. Alex y Dimitri, iban detrás de él, con sus parejas.Los s
Tras la decisión de Alex, de ser el Boss, a todos les dejó descolocados. Él ya sabía me mucho sobre cómo llevas la me mafia. Pero no podían dejar el miedo a un lado, Eli tras enterarse, de la decisión de su hermano mayor, la enfureció. Pero no podía reclamarle nada, él siempre se sacrificó por ellos, Exponiendo su vida.Faltaba poco para la reunión, le iban a nombrar líder de la Bratva.Eso significaba que todos los enemigos, iban a ir a por él y eso era peligroso. Se exponía a tener toda la Bratva, aún sabiendo todo lo que eso traería.Eli estaba metida en su habitación, mellizos estaban dormidos y ella aprovechó para descansar, el embarazo la tenía agotada. Con mucho sueño, aunque ella ya lo sabía, sabía lo que era un embarazo.Dante entró al cuarto y la vio tumbada, sonrió y fue hacía ella para acostarse a su lado y abrazarla. La dejó un beso en el cuello y Eli se giró para besarle los labios.—Por fin un poco de paz. — habló ella, acariciándole la mejilla.—Podemos aprovechar. — d
Eli, Abby y Daniel, se habían vuelto inseparables. Pasaban mucho tiempo juntos cuando sus parejas, trabajaban. Eli junto a ellos, iban al centro comercial e iban a la tienda mas famosa de Rusia, para ver el vestido de novia. Eli no podía negar que estaba super nerviosa, que la fecha de su boda se acercaba aún más. Cuando llegaron, la dependienta se acercó a ellos con una sonrisa. -Buenos dias. - saludo la mujer. -¿desean que les ayude?-Hola, si, mire. Me caso y quiero ver los vestidos. - habló Eli y la mujer asintió. -Por supuesto, aqui tiene, el que mas le guste. Cuando vea el vestido que desea, yo le tomo las medidas. - dijo la mujer con una sonrisa. Eli, miraba cada vestido que habia, era como en un sueño. Toda clases de vestidos de novia, de manga larga de encaje, sin mangas, tipo corsé. Ajustados, sueltos, con cola y sin ellas. También había vestido de dama de honor, Abby miraba esos vestidos y Daniel, estaba mirando vestidos para darle consejos a Eli. Eli vio un vestido
Después de esa velada romántica, ellos estuvieron casi toda la noche teniendo relaciones sexuales, aprovechando que estaban solos y que les iban a interrumpir. Cuando tenía a los mellizos, no tenía tiempo para ellos y aprovechaban que estaban con Dimitri. Había tenido una noche movida entre sexo, pasión, gemidos y éxtasis. A la mañana siguiente, seguían pegados como lapas, desayunaban sin despegarse. Era como su estuvieran pegados, pero ellos eran asi. Dante tenía pensado dejar la mafia, darle el cargo a Dimitri o Alex y así pasar la vida con su familia y dejar los problemas y todo lo malo. Esa tranquilidad, fue interrumpida cuando Dimitri apareció por la puerta junto a Daniel y los niños. Los prometidoa miraron y les vieron, no tardaron en acercarse a sus hijos y abrazarles.—¿Cómo se han portado, mis bebés? — preguntó Eli, cogiendo a su hijo en brazos. —Bien, son buenos y comen como si no hubiera un mañana. — exclamó Dimitri y ellos rieron. —En cambio a vosotros os veo muy feli
Dante se había metido en el despacho para mirar unas cosas del trabajo, había quedado para ir a cenar con su mujer. Quería que su relación avanzara un poco más, dar ese paso que muchas parejas hacían cuando estaban enamorados. Dimitri pasó al despacho de su hermano y este le miró con seriedad. —Necesito que te quedes con los mellizos está noche. — habló el ruso sin mirarle. —Nosotros encantados, ¿Pero donde vas? — preguntó Dimitri cruzándose de brazos.—A cenar con Eli y la pediré matrimonio. — el hermano menor, abrió sus ojos con asombro. Sonrió y fue hacia su hermano para abrazarlo.—¡Enhorabuena! Por fin das el paso. — ambos rieron. —Creia que jamás ibas a dar el paso.Dante sabía que iba a dar el paso, otra vez, pero sabía que esta vez no iba a ver ningún error. Que está vez si iba ser un hombre casado, Danielle estaba en su pasado. La habían alejado de él, pero ella ya tenía su vida hecha. No volvió a saber de ella desde aquella vez que apareció en su casa pidiendo perdón. L
Dante esperaba la llegada de los italianos, se habia puesto en contacto con ellos para que se llevarán a su padre. Miraba su reloj, con una copa de vino sobre sus manos. La puerta, se abrió y entraron tres hombres, parecían hermanos. Porque se parecían mucho, eran morenos, altos y con rostro serio. Dante caminó hasta ellos y les dio la mano. —Bienvenidos, supe que mi padre os debe dinero una cantidad alta. — habló el ruso, y los italianos les miró. —No os he llamado pagarles, eso es una deuda que mi padre tiene que pagar. —Yo solo quiero saber dónde está él. — habló uno de ellos. —Le tengo en el sótano, es vuestro. Lo que hagan con él, no es asunto mío. — asintieron los italianos.Dante les llevó hasta donde estaba su padre, los italianos al verle atado en una silla, sonrieron. El hombre al verles abrió sus ojos con terror, sabía que esos mafiosos italianos, iban a matarlo. Les debía mucho dinero y ellos no lo iban a dejar pasar. —Veo que estás muy cómodo. — hablo el italiano más
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