ONYX

Releo el documento por tercera vez. Las palabras ya no tienen sentido, pero sé que no puedo dejarlo.

Mis deberes son muchos, demasiados. Aunque aún no ostento oficialmente el título de Alfa Suprema, las responsabilidades ya pesan sobre mis hombros como si lo fuera.

No solo debo gobernar Vyreon, sino también asegurar el bienestar y la seguridad de las manadas aliadas.

Las decisiones que tomo afectan a cientos, quizá miles de vidas. Y yo… ni siquiera he desayunado.

Un leve zumbido interrumpe mis pensamientos. El guardia se comunica por control mental, su voz retumba con una urgencia contenida.

—Alfa, los gemelos Old Growht la buscan.

Respiro hondo. Por dentro, una parte de mí se tensa... y otra se calienta con anticipación. .

—Que pasen —ordeno, sin apartar la vista del documento frente a mí.

Dos segundos después, la puerta se abre...

Y ahí están. Dos malditos Adonis de mirada azul intensa y cabelleras rubias oscuras que me provocan dolor de cabeza... y algo más.

Uno de ellos lle