09.
CHRIS
A la mañana siguiente después de tener un grandioso desayuno juntos, llegó el momento de entregar a mi pequeño a su madre quien planea llevarlo de compras hoy en la tarde.
A Max la idea mucho no le agradó. Planeaba quedarse por todo el fin de semana, sin embargo pasó conmigo gran cantidad de días en la semana y su madre, quien está sola, de seguro lo echa demasiado de menos así que tuve que convencerlo para que accediera a regresar a casa.
Eso sí, todo el camino de regreso estuvo en silencio, casi enfadado por no poder hacer lo que quiere, por eso no me sorprende que al llegar a casa se baje de la camioneta después de saludarme, caminando directo hacia la puerta de entrada.
El sonido de la puerta al cerrarse no fue fuerte, pero se quedó flotando en el aire como una nota prolongada, como si incluso ese gesto tan cotidiano tuviera un peso que nadie estaba dispuesto a admitir. Vi a mi hijo desaparecer dentro del pasillo, su silueta tragada por la luz cálida del interior,