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DISCRECIÓN

DISCRECIÓNES

Suspenso
M. J. Medina  Completo
goodnovel16goodnovel
9.6
15 Reseñas
29Capítulos
2.1Kleídos
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Resumen
Índice

Sinopsis

CrimenPsicópataSofisticadoMultimillonarioMisterioBiDrama

En el otoño de 1967, Ansel Glenn es despedido de su puesto en la policía donde ha dedicado la mitad de su vida. Despechado, con una botella de en la guantera y un cigarrillo sobre el volante, decide conducir por una carretera solitaria sin destino ni retorno. Con la esperanza de alejarse del bullicio de la ciudad. Hasta que su camino se ve interrumpido. A un lado del trayecto se encuentra con un auto estrellado, sin rastros de huida de quien pudo provocarlo. Cuando se acerca a auxiliar lo que ve provoca que sus pies se claven al piso: Dentro, hay tres personas. Dos pueden seguir respirando. El conductor, está muerto. ¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para descubrir la verdad?

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Último capítulo

  • Epílogo

    (𝚃𝚛𝚎𝚜 𝚊ñ𝚘𝚜 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚞é𝚜 𝚍𝚎𝚕 𝚊𝚌𝚌𝚒𝚍𝚎𝚗𝚝𝚎) —¡Aquí esta! Me acerqué a la lápida. Efectivamente tiene escrito su nombre en la piedra. Es una roca gris, simple y austera. Alrededor están sepultadas otras personas que son visitadas con regularidad, lo digo por la frescura de las flores. Yo calculo que su última visita fue ayer y hace dos días, respectivamente. Me incliné frente a su tumba. El pasto crece con regularidad y da la ilusión de que no hay nada enterrado debajo. Como una extensión de la tierra y nada más. —Te traje algo. Dejé los tulipanes ahí. Empecé a rebuscar en los bolsillos del abrigo y encontré, entre los recibos del tren, esa inconfundible textura delgada del oro blanco. —Y esto también. Me arrodillé. Agarré el collar con ambas manos, asegurándome de que el dije esté perfectamente alineado y lo deposité sobre la lápida. En

  • 26

    𝟷𝟸 𝚍𝚎 𝚘𝚌𝚝𝚞𝚋𝚛𝚎 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟽𝙰𝚋𝚎𝚕(𝙿𝚊𝚜𝚊𝚍𝚘. 𝙳𝚒́𝚊 𝚍𝚎𝚕 𝚊𝚌𝚌𝚒𝚍𝚎𝚗𝚝𝚎)¿Qué piensa una persona que está a punto de quitarle la vida a otra?Y no me refiero a un suceso que ocurrió en el instante, si es que a eso se le puede llamar accidente. No, nada de eso. Me estoy enfocando en las personas que ya planearon la muerte con anticipación. Los que ya tienen el funeral pagado, pues.Porque, por ejemplo, si tomamos un personaje como el de El extranjero encontraremos a un hombre casi absurdo que nunca se le pasó por la cabeza cometer un asesinato en esa playa, pero el calor del momento lo impulsó a presionar el gatillo, literalmente. Personas como él no cuentan porque no se parecen a mi, así es imposible comparar nuestras situaciones. También llevo Crimen y castigo conmigo, aunque me arrullaba en la secundaria. Ahora

  • 25

    𝟸𝟼 𝚍𝚎 𝚓𝚞𝚕𝚒𝚘 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟾𝙰𝚗𝚜𝚎𝚕(𝟺 𝚖𝚎𝚜𝚎𝚜 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚞𝚎́𝚜)El verano trae consigo algunas emociones cálidas. Descongela lo que se perdió en el invierno y en la primavera se ocultó.El sol se alza a una altura perfecta para iluminar el rocío de las lluvias espontaneas de julio y así es más sencillo admirar el lento crecimiento de las flores rebosantes de polen que esperan ansiosamente el alivio de las abejas. Por fin hace un buen día.Cuando observo las nubes me veo a mi mismo, siempre cambiando. A veces gris en las sequias y también claro y tranquilo. Pero eso sí, estoy seguro que ellas no son las mismas siempre y la que ves en el cielo hoy, no serán la que mañana estén tras tu ventana.Mejor dicho, siendo honestos, no sé nada del clima ni de nubes, como tampoco entiendo la fama

  • 24

    0𝟼 𝚍𝚎 𝚓𝚞𝚕𝚒𝚘 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟾𝙰𝚖𝚊𝚛𝚊𝚗𝚝𝚊No comprendo porqué, pero el aire se puede cortar con un cuchillo.Desde que apareció ese hombre en la puerta, la paz acabó. Todos estábamos confundidos, no es normal tener visitas y mucho menos que el señor los recibiera de tan mala gana. Así que los hilos los unimos por nuestra cuenta.Estoy segura que ese hombre era el detective del que han huido todo este tiempo, pero no entiendo porque la señorita Alethia tenía tantas ganas por verlo y después de él, se apagó como la primera vez que llegó aquí. Se fue sola a su cuarto, cabizbaja como un gatito mojado por la lluvia y no salió hasta el otro día.Estuve a su lado todo el tiempo y puedo decir con certeza que lloró casi toda la noche. Pero que ella se quedó al otro lado de la puerta tambi&e

  • 23

    0𝟼 𝚍𝚎 𝚖𝚊𝚛𝚣𝚘 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟾𝙰𝚗𝚜𝚎𝚕—Yo lo maté —repasé esas palabras una y otra vez intentando encontrar el tono correcto para imitarlo. ¿Era grave o agudo? No, más bien certero y afilado. Tal vez hasta sofisticado, si es que es posible—. Yo lo maté. Yo... Lo maté.Después de confesarlo, no pude mover ni un solo musculo. Incluso cuando él cerró la puerta detrás de sí con lentitud, murmurando un «hasta luego, detective». Guardando un fajo de billetes en el bolsillo de mi camisón.Aun lo tengo y ni siquiera lo he contado. Permanece en el bolsillo de la prenda colgada en un perchero del armario. A veces, me quedo minutos enteros a observarlo y adivinar su cantidad. Nunca encontré las ganas de comprobarlo, en realidad.He escuchado muchas confesiones a lo largo de mi carrera, de hom

  • 22

    𝟼 𝚍𝚎 𝚖𝚊𝚛𝚣𝚘 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟾𝙴𝚟𝚊𝚗𝚍𝚎𝚛Escuché que todo, al final, retorna a su lugar. A donde debe estar.Mi hermana yace acostada sobre la espesa hierba con un vestido azul marino sencillo, como un camisón. Con mangas abultadas y un delicado encaje en las puntas. Su cabello está sujeto en una coleta que rebela la gracia de su cuello delgado y largo. No me ha mirado desde el momento que entré en su exclusivo circulo, pero está consiente de mi presencia. Eso es seguro.No está inquieta, eso me alivió. Más bien se ve impasible, como si lo que ves es solo el reflejo de su verdadero yo tras una pared de cristal.El silencio nos acompaña, ya que no se me ocurre nada por decir. Pero eso es porque me basta con ver su pequeña figura con poca carne en las caderas.—¿Cuándo fue la última vez que observast

  • 21

    𝟺 𝚍𝚎 𝚖𝚊𝚛𝚣𝚘 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟾𝙰𝚗𝚜𝚎𝚕—¿Qué hace aquí?—Yo también me alegro de verlo.Extendí la mano para saludarlo, pero él no la estrechó.Abel se nota más cansado que la última vez que lo vi. Su cabello está largo, se dejó la barba y los botones de su camisa están entreabiertos. Como si acabara de despertar.De su parte esperé algo como: ¡Holmes! Hace rato que no nos cruzamos, ¿no debería estar usted en Londres? ¡Pero que torpe soy! Pase, pase. Ahora puedo ofrecerle té... Oh, pero, no guardo ningún ajedrez en esta casa, me disculpo.Su reacción afilada me desconcertó. Nunca se había comportado así.Sonreí con cinismo y me presenté.—Soy el detective Glenn, no sé si aú

  • 20

    𝐓𝐄𝐑𝐂𝐄𝐑𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄:𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐥𝐥ó.𝐃𝐞 𝐦𝐚𝐫𝐳𝐨 𝐚 𝐣𝐮𝐥𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝟏𝟗𝟔𝟖.𝟸 𝚍𝚎 𝚖𝚊𝚛𝚣𝚘 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟾𝙴𝚟𝚊𝚗—¿Alguna vez ha sentido que su cuerpo no es en realidad, su cuerpo? ¿Qué sus palabras no son más que oraciones prestadas?, ¿qué su verdadero yo se encuentra escondido en algún rincón y no tiene intención de salir?Esas son las palabras que suelto cuando una conversación calla. Me pica la curiosidad. Mentiría si dijera que no disfruto de las caras que ponen los demás.Nadie me ha dado otra respuesta que no sea "no", "¿qué?" O en ocasiones, un "no lo sé" les basta. Pero sigo intentándolo, con la esperanza que alguien al azar me dé una respuesta para admitir que valió la pena la espera. Mien

  • 19

    𝟸𝟸 𝚍𝚎 𝚎𝚗𝚎𝚛𝚘 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟾𝙰𝚕𝚎𝚝𝚑𝚒𝚊El sonido que desprende las ráfagas de viento contra mis oídos es lo único que confirma que el tiempo sigue corriendo.Las olas están tan cerca que solo basta un paso para hundirme en ellas. Chocan contra la superficie resbaladiza de los picos y más allá, mucho más profundo, al sur, se extiende una línea infinita que muere donde acaba el sol.Ha pasado un poco más de una semana. El tiempo lo he ocupado dibujando y pintando a mi voluntad. Sin embargo, a cierta hora de la tarde no me queda nada por hacer y me siento frente a la ventana a observar las olas romper contra las rocas, hasta que el cielo se torna rojo. Hoy quise que fuera diferente. Por eso estoy en un risco, con el cabello azotando mis mejillas.La casa es pequeña y modesta. Con nuestra llegada, las personas encargadas de la limp

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Andrea Vanesa ALVARADO FADU - UBA
arranque y me parece muy interesante
2022-03-19 08:16:42
2
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Ruth Apaza
El libro tiene buen contenido con lo poco que estuve leyendo me parecio interesante felicidades a la autora
2021-10-22 04:40:01
4
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Dulce Chokoretita
Es muy interesante, pero tienes q agarrarle bien el asunto o te pierdes
2021-10-15 08:50:20
3
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Mariela Carrazco Q
muy interesante
2021-10-15 01:10:38
1
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Janehissa Gallegos Flores
muy buena de igual manera interesante no puedo dejar de leer
2021-10-14 07:06:54
1
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Juanita Velasquez
Muy interesante la historia con ansias de seguir desbloqueando más capítulos
2021-10-14 06:07:09
1
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Mariela Carrazco Q
me gusto algo interesante
2021-10-14 03:20:05
1
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Cecilia Ortiz
Historia interesante, que intriga con los saltos en el tiempo.
2021-10-13 05:10:02
1
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Ruby Diaz
me encanto...
2021-10-12 15:34:20
2
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marian
Muy buena trama, con saltos de tiempo donde claramente nos señalan con fechas. Interesante, es una lectura que atrapa
2021-10-12 12:32:04
1
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Melani Martinez
una historia diferente e interesante
2021-10-12 00:28:31
3
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Karla Chavez
muy buen libro, lo acabo de empezar a leer y es una historia muy interesante
2021-10-11 23:03:41
1
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S.T Rivero
Bastante bueno e interesante.
2021-11-06 03:32:03
1
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Angel Ruiz
un buen libro es muy profundo e interesante me dejó muy interesado y con ganas de leer más
2021-10-14 11:18:32
1
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ezeq
muy interesante la forma en que narras la historia
2021-10-13 19:25:49
1
29 chapters
Discreción
DISCRECIÓN/M. J. Medina
 Antes de comenzar, me gustaría exponer algunos puntos:Este no es un libro de misterio o suspenso entero de pies a cabeza. Disfruto escribir de una forma poco convencional para lo que se ve normalmente en el género, y aún no me siento segura de ponerlo totalmente en esa categoría y decir:"¡Ah! Pero si el libro tiene como centro un misterio, pues a esa clase pertenecerá, ¿cierto?".Ya que, a lo largo de la historia no solo me ocupo del enigma que hay alrededor, sino que me preocupo también por los personajes. Así que te pido que abras tu mente.Lo que leerás a continuación es una historia de f
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00
DISCRECIÓN/M. J. Medina
  𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄: 𝐄𝐥 𝐩𝐞𝐜𝐚𝐝𝐨. 𝐃𝐞 𝐨𝐜𝐭𝐮𝐛𝐫𝐞 𝐚 𝐝𝐢𝐜𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝟏𝟗𝟔𝟕.     𝟷𝟸 𝚍𝚎 𝚘𝚌𝚝𝚞𝚋𝚛𝚎 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟽 É𝚕     Si antes se hubiera acercado a mí un hombre de aspecto confiable ofreciéndome reproducir la película de lo que viviría en los siguientes días con pelos y detalles, y luego me preguntara si cambiaría algo para que eso no sucediera, estoy seguro que diría que no. No me malinterpretes, soy un romántico después de todo. Creo en el destino y en un amor tan fuerte que es capaz de atravesar remordimientos. Todo esto viene a que, en mi hombro, cargaré uno que guardaré celoso en mi memoria, al lado del suéter de lana que ella tejió para navidad. Pero hoy no hablaré de eso. Sino que recordaré con ternura la tarde siguiente a mi cumpleaños. Más concretamente, de los acontecimientos que me llevaron a mi muerte. Par
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DISCRECIÓN/M. J. Medina
 𝟷𝟼 𝚍𝚎 𝚘𝚌𝚝𝚞𝚋𝚛𝚎 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟽𝙳𝚊𝚙𝚑𝚗𝚎(𝙿𝚛𝚎𝚜𝚎𝚗𝚝𝚎)  Dije que tenía hambre y mentí. Caminé hasta la cafetería solo para zafarme del grupo de personas que comenzaban a amontonarse frente la puerta de su habitación. Podría, incluso, compararlos con buitres volando sobre un cuerpo moribundo. Peleando por quien iba a arrancarle la piel primero.«¡Cómo me gustaría callarlos de una vez por todas, como lo hice contigo!», se me ocurrió. Pero no me atreví ni siquiera a murmurarlo. Estaban muy cerca.Conocía sus motivos: para venir a derramar lágrimas y a escupir sus palabras sin sentido hacía falta sed de poder, lo que todos anhelan, el mismo que deshumaniza y no perdona. Personas así no me sirven.Caminé sin rumbo por los pasillos del hospital, donde tengo
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 𝟸𝟶 𝚍𝚎 𝚘𝚌𝚝𝚞𝚋𝚛𝚎 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟽𝙰𝚗𝚜𝚎𝚕  «—Deja de mentirte —me confrontó. Con unos ojos que me llevaron al mismo otoño que la conocí a ella—. Detente de una vez, antes que le causes daño a alguien más». El recuerdo de esa noche con él ha estado volando por mi cabeza todo el día. Aun no comprendo el porqué.—Glenn, ¿me estas escuchando?Charles parecía molesto con mi distanciamiento, el que notó a pesar de que no se atrevía a mirarme. Solo se concentró en su vaso de cerveza que rebosaba de espuma y a su vez, descendía delicadamente hasta tocar la mesa de madera y resultaba en ese singular semicírculo. Aparentemente ensimismado, como yo, en su propia cabeza y problemas.El tono que empleaba era autoritario como siempre, pero a la vez, difus
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DISCRECIÓN/M. J. Medina
 𝟶𝟿 𝚍𝚎 𝚊𝚋𝚛𝚒𝚕 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟻𝟸𝙰𝚕𝚎𝚝𝚑𝚒𝚊(𝙿𝚊𝚜𝚊𝚍𝚘)  El tren viaja a gran velocidad y nos aleja de la ciudad principal, para llevarnos al campo. Lo sabía, porque con cada minuto que pasaba, los edificios se podían contar con los dedos, las personas con autos elegantes también desaparecían y todo era reemplazado por un paisaje lleno de árboles grandes que acompañaban las parcelas donde se cultiva.Nos transporta a un lugar que parece más calmado y sé que no tardaré en apreciarlo. Mi mente no para de imaginar todas las aventuras que tendré recorriendo campos llenos de dientes de león, pero algo me aprieta el pecho. Desde que tomamos este tren en la mañana con tanta urgencia, en el momento que me avisaron con un día de anticipación que arreglara mis vestidos para ir de visita a otra mansión, sin saber
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DISCRECIÓN/M. J. Medina
 𝟸𝟷 𝚍𝚎 𝚘𝚌𝚝𝚞𝚋𝚛𝚎 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟽𝙰𝚗𝚜𝚎𝚕(𝙿𝚛𝚎𝚜𝚎𝚗𝚝𝚎)  Apenas alcancé el umbral de la puerta cuando un zumbido chillón me puso los pelos de punta.—¡No está respirando! —Un hombre vociferó. Llamando la atención de la enfermera que caminaba afuera— ¡Traedme eso!Con prisa, la mujer entró súbitamente en la habitación golpeando mi hombro para conducir una caja extraña llena de cables al lado del hombre con bata. No fui capaz de ver lo siguiente luego de que la puerta se cerró en mi cara.Qué alivio que pude volver a agarrar equilibrio en poco tiempo. Aunque ni una disculpa recibí. Los segundos siguientes se convirtieron en interminables minutos hasta que el tiempo se confundía en años desde que Alethia había sufrido una falla respirator
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DISCRECIÓN/M. J. Medina
𝟸𝟸 𝚍𝚎 𝚘𝚌𝚝𝚞𝚋𝚛𝚎 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟽𝙲𝚑𝚊𝚛𝚒𝚜  "No quiere más la sílaba tardía, lo que trae y retrae el arrecife de mis recuerdos, la irritada espuma, no quiere más sino escribir tu nombre. Y aunque lo calle mi sombrío amor más tarde lo dirá la primavera".—Pablo Neruda. Soneto XCVIII.  ¡Déjame ir! ¡Suéltame! ¡No me toques!Me levanté de un salto, con el cuerpo desnudo bañado en sudor. Recordando poco a poco los fragmentos de esa terrible pesadilla que tuve que vivir en ese abismo, mirando a cada extremo y verificando que ninguno es mejor que el otro.«Todo comienza y termina con las personas deseando el poder y sin él, prefieren morir antes de vivir en otra realidad». No olvido sus palabras. Las escucho mientras dormía y al despertar, ator
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DISCRECIÓN/M. J. Medina
 𝙰𝚕𝚎𝚝𝚑𝚒𝚊  —Alethia. Despierta, pequeña.Esa voz suena tan cálida, tan dulce, ¡qué provoca que mi corazón salte en mi pecho de la emoción! Mi primer instinto fue ir tras ella, buscarla. Pero en cuanto abrí los ojos lo que menos me preocupó fue el murmullo.Estoy en un bosque.Hay árboles tan altos que besan al cielo, un río que luce como una delgada serpiente dormida y salvaje, hongos que brotan sobre las rocas mojadas allá, entre el musgo y el agua que interrumpe su ritmo, y las azucenas blancas florecen en ese hábitat frondoso a su lado. También, las aves baten sus alas y cantan todo tipo de melodías que arrullan, volando rumbo al sol que está en su mejor momento, brillando, sin fastidiar los ojos.Estoy descalza, pero las plantas de mis pies no sienten dolor cuando piso las ramas o alguna que
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07
DISCRECIÓN/M. J. Medina
 𝟸𝟺 𝚍𝚎 𝚘𝚌𝚝𝚞𝚋𝚛𝚎 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟽𝙰𝚗𝚜𝚎𝚕  Alethia despertó cuatro días después de mi última visita. Pero seguro se arrepintió en el mismo instante que abrió sus ojos.—¡Es increíble que este periódico publique artículos tan amarillistas! —Evander vociferó, poseído por el coraje. Su mandíbula está pronunciada y sus brazos se extienden y mueven a conciencia propia, amenazando con lastimar a alguien con sus movimientos bruscos y torpes—. Y eso no es lo peor, ¿quién se atreve a escribir una columna pretendiendo que eres culpable del choque?Casi de inmediato, lanzó el periódico sobre la mesa.Nadie me miró. ¡Qué alivio! Pero es mejor alejarse, para prevenir.—Me gustaría saber —continuó su madre—, ¿
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08
DISCRECIÓN/M. J. Medina
 𝟸𝟻 𝚍𝚎 𝚘𝚌𝚝𝚞𝚋𝚛𝚎 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟽𝙰𝚋𝚎𝚕 Es tan fácil engañar a alguien cuando está desesperado por una respuesta, ¡que da pena!—¡Pero si es nuestro detective favorito! —intervine rumbo a la mesa más alejada del local, donde el señor Glenn disfruta de una taza de café. Luego, nos dimos un fuerte apretón a pesar del disgusto que no se molestó en ocultar—. ¿Dónde dejaste a Watson?Reí para aliviar el ambiente. Aproveché para observar los movimientos de Ansel en busca de un punto flaco, pero no me dio nada. Solo asintió con lentitud y me enseñó la silla de enfrente, con los modales propios de un caballero.Parece que ya se acostumbró a mi humor. Que hombre tan aburrido.—Por favor, siéntese, Abel.Tomé una postura tranquila, imitan
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