Mientras tanto Teodora Dacosta había sido dada de alta, Mariana parece haber olvidado de su madre aquello había frustrado a la mujer, pero lo que ella no se había esperado es que fue trasladada a la prisión de mujeres, no había nada que hacer Aidan había logrado condenarla profundamente, la noche en la Gran Región era desolada, cuándo la nueva Prisionera había llegado por obra del destino o simplemente casualidad Teodora había sido llevada hasta la celda que Olivia había utilizado, ni bien Teodora fue empujada en el interior de la Celda los ojos azules de la mujer la observaron con burla.

— Teodora Dacosta - Y aquella voz que La mujer tanto odia taladro su oído, Teodora se dio la vuelta buscando a la persona que la había llamado, encontrándose con aquellos ojos intensos azules.

— Tú - Teodora la observaba con sorpresa.

— Los juegos del destino, ya decía yo que tarde o temprano volveríamos a encontrarnos — Fueron las palabras expresadas por la mujer desde la otra celda .

En las afueras