Resquicio del Don II
Al salir del baño, Ashven se quitó las botas y las arrojó cerca de la puerta. El abrigo de piel colgaba sobre un gancho. La camiseta gruesa que llevaba arremangada marcaba la musculatura de los brazos… pero Ana estaba demasiado ocupada fulminándolo con la mirada como para notarlo. Al arrojar las botas, barro por la tierra y nieve se había desprendido del alzado ensuciando donde ya había limpiado.
Él en cambio sí la miró. Un segundo.
Uno largo.
La vio con el cabello alborotado y húmedo, las mejillas encendidas, rojas por el frío, la mordacidad intacta pese al cansancio… y la tira fina de su prenda sobre su hombro, casi deslizándose, cayendo… algo en su pecho se tensó. Le pareció atractiva.
Desvió la mirada enseguida, casi molesto consigo mismo.
Ana se peinó como pudo con sus dedos y se recostó de costado mirando a la pared dándole la espalda, acomodándose lo mejor que podía en l