A la mañana siguiente tuve que presenciar como Sally le mentía a la ama de llaves diciéndole que tendría que asistir temprano a la escuela porque él era uno de los encargados para decorar la sala de música con guirnaldas navideñas y varias cosas más.
Ella le creyó y se despidió dándole un apretón en el hombro.
Me dolía ver como mi misión estaba apunto de ir a comprarle drogas a un tal Taylor.
Estaba encapuchado con un enorme camperon y llevaba botas de nieve.
Tenía al máximo su reproductor de musica y no podía susurrarle que no lo hiciera, que ese no era el camino adecuado para enfrentar la situación con su madre.
Ethan iba a mi lado y ahora él era el callado.
—¿No hay una manera de frenar esto? —pregunté, esperanzada.
—No podemos interferir —lamentó—.Cualquier acción del ser humano es inevitable para nosotros.
No me iba a rendir tan fácil. Sabía que había un método y lo descubriría.
Si yo misma pude tranquilizas a Sally anoche para que encontraba un poco de paz, yo sabía que podía ha