28 de abril de 2021
Giselle
La luz suave de las velas iluminaba la mesa, creando un ambiente cálido y acogedor en el restaurante. A través de los grandes ventanales, Londres brillaba con una mezcla de luces doradas y plateadas, una vista que siempre me dejaba sin aliento. Pero esta noche, lo único que veía claramente era a James. Su mirada, profunda y serena, no me dejaba escapar.
Estábamos sentados frente a frente, y aunque el restaurante estaba lleno de risas y murmullos a nuestro alrededor, había algo especial en este momento, algo que solo nosotros dos podíamos compartir. Estaba nerviosa, pero feliz. Aún recordaba el primer día que nos conocimos, cómo nuestras vidas, tan diferentes, se habían entrelazado de una manera tan natural. Ahora, aquí estábamos, compartiendo una cena, pero también mucho más.
James tomó mi mano sobre la mesa, su piel cálida y reconfortante. La mirada en sus ojos era diferente, algo más intensa, como si estuviera a punto de decir algo importante. Mi corazón