Los días pasaban tranquilos, Mikkel y Lía no veían noticias para no alterar su tranquilidad, afuera el escándalo del campamento seguía, era claro que alguien lo alimentaba con rumores sobre Lía, pero ellos no estaban dispuestos a engancharse con eso, algún día se cansarían.
Con Arthur a cargo y ellos trabajando desde casa, los asuntos de la empresa fluían, los documentos que tenían que firmar, Christopher los llevaba al penthouse Arthur estaba sorprendido, Mikkel jamás había faltado a la empresa tantos días, así estuviera enfermo, nunca lo hacía, aunque comprendía que quería pasar todo el tiempo posible con Lía.
Mikkel se esmeraba en complacer a Lía en todo lo que podía, quería compensar lo sucedido, esa mañana cuando ella se despertó, él estaba por empezar a preparar el desayuno, él la jaló hacia él, y la sentó sobre sus piernas.
—Sabe que mis camisas se le ven mejor a usted, señora Skarsson, aunque me agrada más cuando te las quito —dijo con una sonrisa.pícara.
—Uhmmm, entonces evi