Lía se cambió rápidamente, tomando unos jeans y un suéter del armario, agarró su bolso y salió corriendo de la habitación, afortunadamente, en su cuenta tenía guardado suficiente dinero, unos 200,000 dólares que había ahorrado trabajando en el taller.

No podía creer que su padre lo estuviera haciendo de nuevo. ¿Es que no entendía? Cuando ella trabajaba en el taller constantemente tenía que prestarle dinero para sacarlo de deudas. Él con su adicción al juego, y Vera y su madre que iban de compras todos los días, gastaban más dinero del que tenían.

Salió de la mansión y comenzó a caminar rápidamente hacia la entrada principal para poder tomar un taxi, Christopher la vio y enseguida encendió el auto acercándose a ella.

—Señora, ¿necesita que la lleve a algún lugar? —preguntó al notar su expresión de angustia.

—Sí, Christopher —respondió Lía, subiendo al auto— al almacén viejo de Vesterbro en la calle Industri —no deseaba que los Skarsson se enteraran, pero ya que el chofer se había dado