Desde aquella noche, en ellos empezó a nacer una coquetería natural. Lía usaba las pijamas que Oliver le había comprado y él la halagaba cuando le veía una nueva que no había usado, tomaba esto como excusa para rodearle la cintura o darle besos en el cuello. Aunque no se habían vuelto a besar.

Una semana después, Lía estaba acostada en la cama, revisando los comentarios de su última publicación en su cuenta de Instagram cuando Oliver salió del baño, se había duchado como de costumbre, pero no llevaba puesta camisa.

No era normal que no usara camisa, así que Lía le quedó observando muy fijamente su abdomen marcado. Le encantó tanto que se mordió el labio inferior.

Oliver se acostó a su lado y la atrajo hacia él, abrazándola.

—Estoy muy cansado —le susurró.

—¿Q