Elías se había encontrado con Lía en el supermercado, la sorprendió comprando varias sopas instantáneas.
—¿Tu amigo-novio no se va a enojar si te ve comiendo sopa instantánea? —le preguntó detrás de ella, haciendo que Lía soltara un brinquito.
Rápidamente volteó a verlo.
—Ay, idiota, me asustaste —soltó Lía, llevando una mano a su pecho.
—¿Oliver no te prohibió comer comida procesada? —insistió él.
Lía puso los ojos en blanco.
—Hablas de él como si fuera mi padre o algo por el estilo, él no me manda.
—Pues parece que sí te preocupa lo que él piense si te toca comprar sopas instantáneas a escondidas.
Lía, con las mejillas ruborizadas, se volvió un ocho al no decidir si llevarse los paquetes de sopas o n