El día de mi ceremonia de sucesión amaneció radiante. Las manadas más poderosas llegaron para ver cómo la Luna Negra recibía a su nueva Alfa.
Al principio, Álex no pensaba ir.
Pero recordó que allí fue donde nos conocimos... y, en el fondo, aún guardaba la esperanza de encontrarme, aunque fuera apenas un murmullo entre la gente.
Con todo y el malestar, igual se obligó a presentarse.
—Dicen que la nueva Alfa está que impresiona —le comentó su asistente mientras caminaban—. Y que todavía no tiene compañero. Más de un Alfa sueña con ganársela.
—Incluso se rumora que tiene un hijo... ¿pero cómo, si nunca tuvo compañero?
—¡Ya estuvo! —lo cortó Álex, fastidiado—. No quiero escuchar más chismes. Solo encuéntrame a Camila.
El asistente apretó los labios y se guardó lo que ya sabía: que la nueva Alfa también se llamaba Camila. "Quizá era solo una coincidencia", pensaba. "La compañera de Álex no podía ser la nueva sucesora. No, imposible."
Antes de verla, seguía convencido de ello.
Mientras tan