El cielo comenzaba a iluminarse cuando un grupo de sirvientes llegó a la mansión para preparar la sorpresa.Cubrieron el camino de entrada con varios ramos de rosas nocturnas que brillaban suavemente bajo la luz del amanecer.En el centro, miles de piedras de luna formaban un anillo gigante, y dentro, relucían joyas, vestidos y bolsos de diseñador.Arriba, un pequeño reproductor giraba lentamente, dejando salir la profunda voz de Álex, que cantaba una balada de amor.Pero yo no prestaba atención a nada de eso.Mis ojos no se despegaban de la pantalla, donde las noticias transmitían en vivo la ceremonia de la Manada Colmillos.El escenario estaba lleno de ramos de rosas lunares, y una alfombra roja cruzaba todo el espacio, adornada con globos rosados, cada uno con un brillante en su cinta.En medio de tanto lujo, Álex, perfectamente vestido, avanzaba de la mano de Valeria, quien brillaba con su deslumbrante vestido de novia. Juntos, parecían la pareja perfecta, rodeados de lujo y roman
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