Esta pregunta dejó a Sonia sin respuesta.
Justo en ese momento, llegó el médico.
Sonia se apartó inmediatamente para dejarle espacio.
Fabiola no dijo nada más, simplemente yacía allí permitiendo que la atendieran.
Se negó a hablar, cerrando los ojos nuevamente, con los labios fuertemente apretados.
Sonia llamó a Andrés.
Apenas conectó la llamada, escuchó su voz proveniente del pasillo.
Sonia levantó la mirada.
—¿Ha despertado?
Andrés colgó el teléfono y le preguntó directamente, cara a cara.
Sonia asintió lentamente.
—Sí. Vete a descansar, yo hablaré con ella.
Tras decir esto, Andrés se dispuso a entrar en la habitación.
Pero Sonia lo detuvo agarrándole la mano.
Andrés se volvió algo extrañado.
Al encontrarse con los ojos de Sonia, reaccionó de inmediato y soltó una ligera risa.
—Tranquila, hablaré bien con ella.
Sonia frunció el ceño, evidentemente poco convencida.
Andrés tomó su mano, la apretó con fuerza y continuó hacia el interior.
La enfermera seguía junto a la cama. Al ver a And