—Correcto.
—Pero aunque no me creas, no puedes cambiar nada. Después de todo, esas pruebas... nunca podrás obtenerlas.
—Sí —Sonia asintió—. Pero al menos puedo hacer que la pases muy mal.
Tras decir esto, dejó la servilleta en la mesa.
Luego tomó el vaso de agua de la mesa y se lo arrojó directamente a Andrés en la cara.
Las gotas de agua cayeron por su cabello, algunas incluso colgaban de sus pestañas.
Andrés se quedó sentado sin moverse, su rostro pálido bajo la luz.
Pero Sonia ni siquiera lo miró, simplemente se levantó para salir.
Sin embargo, Andrés rápidamente la agarró de la mano.
Inmediatamente, la atrajo hacia él y la sentó en su regazo.
—¿Es todo? —Andrés la miró sonriendo—. ¿Este es tu método para hacerme la vida difícil? Esto es... demasiado infantil, ¿no crees?
Sonia no respondió, solo lo miró con expresión impasible.
Después de un momento de silencio, Andrés le sujetó el mentón y besó sus labios.
Sonia no se resistió.
Cuando Andrés la presionó, incluso apoyó sus manos en