Andrés acababa de terminar de hablar cuando Sonia de repente dio varios pasos hacia adelante, ¡levantando su mano directamente!
Pero su bofetada nunca llegó a caer.
Andrés le sujetaba la muñeca con firmeza, sin expresión alguna en su rostro.
—Estás loca —dijo Sonia.
Andrés esbozó una leve sonrisa —Sí, lo sé.
Sonia guardó silencio, pero su cuerpo temblaba cada vez más intensamente, y las lágrimas comenzaron a caer.
Sin embargo, parecía no querer rendirse frente a Andrés, y rápidamente se secó las lágrimas con la mano.
—El abuelo de Leandro está enfermo —finalmente le dijo a Andrés—. Tiene Alzheimer, su condición está empeorando rápidamente y pronto podría no recordar nada de esto, por eso Leandro propuso casarse conmigo.
Tras terminar de hablar, no obtuvo la respuesta que esperaba.
La mirada de Andrés seguía siendo completamente fría.
Al darse cuenta de que Sonia seguía mirándolo, incluso le preguntó con sarcasmo —¿Y entonces? ¿Qué tiene que ver conmigo?
Sonia respiró profundamente —Ent