Arrastre mis pies hasta la puerta y la abrí de mala gana, me encontré con Mel echada en el sillón, desorden en todas partes, ella misma hecha un desastre, me miró y de un salto se levantó a mi encuentro, cuando la tuve frente a mi todo el enojo desapareció, la abrace – ¡Lo siento! – dijimos al mismo tiempo – rompimos en llanto - ¡Perdóname exagere! Estaba pasando por mucho y me descargue contigo, sé que jamás harías algo para lastimarme… - le dije con voz entrecortada – No, yo lo siento, debí contarte de inmediato, no te volveré a guardar ningún secreto…- siguió disculpándose también, nos sentamos tratando de calmarnos – Hay que llamar a Dalia, debe saber que nos reconciliamos, estaba volviéndose loca por estar en medio de esto – le sugerí y Mel le marcó de inmediato.
- ¡Hey chicas! ¡Están juntas! Pensé que este día no llegaría, ¿Por fin hablaron? – exclamo Daly sorprendida – En realidad no hemos hablado mucho, creo que basto con vernos y abrazarnos para que todo mágicamente se resolv