Capítulo 66. Los caminos del amor
Leonardo se quedó en silencio, incapaz de mentir cuando ella lo miraba con esos ojos que lo leían hasta el alma.
Y tuvo rabia contra sí mismo por no poder decirle en ese momento que no le importaba.
No podía engañarla.
-No… tiene razón. No puedo jurar eso… pero estoy seguro de lo que siento…
-Y le creo… pero no estoy lista para ese riesgo. Prefiero renunciar a…
Él la abrazó.
-No lo diga… sólo quiero saber una cosa… y aceptaré que sigamos como hasta ahora.
-¿Qué quiere saber?
La tomó del mentón y susurró en voz grave, tan cerca que ella sintió su aliento tibio en los labios y se sintió ansiosa por saborearlo:
-¿Me ama, señora Fritz?
Emma tragó saliva y sintió cómo se estremecía.
-Sí, señor Ares. Lo amo. Tanto como para desear que tenga lo que un hombre como usted merece y desea para su futuro... ¿Lo puede entender?
Él asintió.
-Sí… lo entiendo… perdón por presionarla. A veces me cuesta aceptar sus condiciones. Soy consciente de que ha cambiado muchas cosas en su vida por mi causa. N