Capítulo 21. Primera lección...
Leonardo estaba muy nervioso, aunque intentaba ocultarlo. Ahora que Emma, liberada de su contención habitual, dejaba traspasar su excitación a través de cada poro de su piel, dando vía libre a sus deseos, la imagen de fragilidad que tenía de ella, se disipaba.
Le parecía lejano y fantasioso el absurdo pensamiento de que Emma Fritz se pudiera romper en sus brazos. Antes caería él, agotado.
Se moría por sentarla en la erección que tensaba su ingle, y atravesarla con su fuego, llenarla de su lava, pero podía ver en sus ojos, que ella tenía el poder ahora.
-No se preocupe, señor Ares, no seré demasiado exigente ahora. Nos estamos conociendo. Esta será algo así como… una evaluación de diagnóstico…
Emma caminó a la puerta, moviéndose como una pequeña y grácil gata blanca, y puso el seguro. No quería interrupciones. Llevaba tiempo deseando degustar este manjar.
Se giró, relamiéndose mientras lo miraba, quitándose la camisa de seda y el sostén de encaje, pensando cómo continuar. Su ojo expe