Capítulo 20. Estoy listo, señora.
Finalmente, Benedict Black era un nuevo influjo de fondos, vínculos e ideas prometedoras para OldTree. Y se había vuelto a Inglaterra sin convencer a Emma.
Se la habían vendido como volátil y frágil de carácter, y había descubierto que no era así.
Eso no significaba que se diera por vencido, es más, ahora el reto era mucho más atractivo para él, y no se rendiría fácilmente.
Pronto, él volvería a visitarla, o ella tendría que viajar a su país, lejos de su hogar y de sus amantes.
Sería divertido, también, ver cómo se retorcía de celos el señor Ares, quien parecía a punto de estallar de furia cada vez que lo veía cerca de la señora Fritz.
Leonardo estaba en su oficina, revisando unos papeles a pedido de Emma, cuando alguien golpeó su puerta.
-Adelante.
-Permiso, señor Ares.
-¿Señor Meyer? Qué raro verlo por aquí.
-Lo sé, pero me pareció que si le pedía que fuera a mi oficina, podría usted negarse.
-Le pareció bastante bien.
Fred lo escrutó con la mirada. Ese hombre era indudablemente fi