Capítulo Veintidós: Padre e hija.

-Espero que esto sea suficiente para que te calles la boca -Le dijo Sandra a Oswaldo, entregándole un sobre amarillo con dinero.

-Depende de la cantidad -Él tomó el sobre y le sonrió-. Por ahora creo que sí es suficiente, de todos modos estaremos en contacto, señora Sandra -Hizo énfasis en el nombre de la mujer.

-A usted no le conviene meterse conmigo, en nada le conviene -Ella frunció el ceño.

-No me amenace, por favor. Usted no está en posición de amenazar, porque lo que usted hizo -La señaló-, es un delito grave y si yo hablo, usted va a la cárcel, señora -La miró de arriba abajo y le dedicó una mirada desafiante.

-Usted está cometiendo un grave error al meterse conmigo -Sandra arqueó una ceja y lo miró con odio-. Usted no sabe quién soy y puedo llegar a ser la pero persona del mundo.

-Usted no me da miedo y, todo eso, yo lo sé; si sé quién es usted y por eso, más le vale hacer lo que le pido, porque su libertad, depende de mi silencio -Le sonrió-. Que tenga buen día -Se levantó de
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