—"¿Por qué no vas por ella?" — preguntó Margarita.
—"Porque ya ha pasado mucho tiempo." — respondió Leonardo.
—"Ve y pídele perdón." — comentó Margarita.
—"No puedo." — dijo Leonardo.
—"La vas a perder para siempre." — advirtió Margarita.
—"Entonces estás bien." — dijo Leonardo.
—"No, como tú sigues enamorado de ella y ella de ti. No dejes que conozca a alguien más, y tú tampoco lo hagas." — comentó Margarita, apoyando su mano en el hombro de Leonardo.
Leonardo decidió dejar el orgullo de lado, tomó su vehículo y se dirigió hacia la casa de Olivia. Tardó exactamente 4 horas en llegar. El silencio reinaba en la carretera, al igual que la humedad. Al llegar frente a la acogedora casa, se sintió extraño.