XII- La Virgen del Mafioso.
Llegó San Valentín y con ello, una noticia que Aysel no se esperaba. Ella había sido buscaba por su hermano en el hospital para ir a cenar. Le pareció extraño que fueran a comer tan tarde por la noche, pero simplemente lo dejó pasar.
Ella estaba vestida con un pantalón de vestir blanco, zapatos altos de punta, color beige y una camisa de seda rosada. Su cabello estaba suelto y había dejado de esconder el color de sus ojos. Estaba agotada, pero jamás se vestía mal.
Aysel era una mujer elegante y hermosa.
—¿Qué estás tramando, Emir? —le preguntó, cuando su hermano cubrió sus ojos con una venda.
—Debes confiar más, mocosa —bromeó con ella y la llevó adentro del restaurante.
Todo había sido preparado con dedicación y cuidado. Fabrizio la vió entrar y no pudo estar más feliz de verla. Era la mujer más bella del mundo.
Incluso, más bella que las mujeres que había en su vida.
Cuando a Aysel su hermano le quitó la venda de sus ojos, encontró a Fabrizio arrodillado con un anillo en una caja