Desde que Lily quedó embarazada, Alexander se había ocupado de su bienestar contratando personas para garantizar su atención. Le ordenó a su personal que asegurara la puerta del laboratorio, impidiendo que Lily entrara.
Alexander también asignó a Olivia la tarea de monitorear a Lily, con instrucciones de llamarlo si Lily intentaba obtener acceso no autorizado. El incumplimiento provocaría que Olivia perdiera su trabajo.
Para salvaguardar su posición segura y lucrativa, Olivia adoptó una actitud severa hacia Lily, negándole incluso la oportunidad de ver su lugar de trabajo actual. Estas acciones dejaron a Lily completamente sin palabras.
Expresando su frustración, Lily suplicó:
—Sabes que no causaré ningún problema. ¡Solo déjame echar un vistazo rápido!
Olivia respondió con firmeza:
—No puedo. El Sr. Russell insistió en descansar y el laboratorio presenta riesgos para su embarazo. Por favor, vaya a casa y descanse.
Intentando ejercer control, Lily amenazó:
—Sabes qui