Joseph se estaba preparando para preparar un café con leche cuando entró en su oficina. Su máquina de café exprés molía granos, zumbando.
—Ari, ¿no te he visto mucho en la empresa últimamente? —se preguntó mientras añadía leche a la jarra de forma casual.
Ella sonrió.
—Bueno, de todos modos no vendrías a buscarme a menudo. Por lo general, estoy en la oficina. ¿Qué pasa?
¿Qué opinas del proyecto de Damian? Mientras hacía espuma con la leche, levantó la cabeza para mirarla.
—¡Estoy dispuesta a apoyarte! Puedes ver que incluso compré una a propósito para mostrar mi apoyo —Arianna dijo con una sonrisa, y su rostro estaba lleno de sinceridad.
Joseph sacudió la cabeza y dijo:
—Eso no es lo que quise decir. Quiero decir, ¿qué piensas de su actuación?
—¡Bien!
—Damian se puso en contacto con el mejor perfumista del mundo y se encargó de todo él mismo. Al principio estaba un poco aprensivo, pero ahora parece que Damian tiene un potencial comercial excelente. Tengo que darle al