Heather, agitada por la lesión, luchó por conciliar el sueño esa noche. Su estado de ánimo era amargo, acompañado de dolor de cabeza y dolor en el pecho.
Se levantó para saciar su sed y, al alcanzar su teléfono, descubrió que estaba en ruinas.
—Supongo que necesito uno nuevo.
Aburrida después de dos días confinada en casa, contempló su siguiente paso. Ahora que Alexander era consciente de sus intenciones, recuperar el manual secreto parecía un desafío. Regresar a la casa de Alexander probablemente sería inútil ya que es posible que el manual ya no esté allí.
Sin embargo, después de años de búsqueda incesante, no se atrevía a abandonar la búsqueda. “¡Mi cabeza!”
Tomando un analgésico para aliviar su malestar, observó su reflejo en el espejo y notó su adelgazamiento gradual, asemejándose a Hannah, que siempre había sido esbelta.
Se sintió descorazonada al pensar en su hermana gemela.
—¡Cabeza! —Caminó hacia la puerta del dormitorio y gritó.
Chump llegó rápidamente.
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