El ex amante de Lily Christian la engaño, esto dio el resultado de cinco años de su relación desperdiciados. Su viejo amante y su nueva novia z*rra incluso conspiraron para aprovecharse de Lily Christian, entonces, ¿qué más podía hacer además de cobrarles por lo que hicieron y reclamar todo lo que le pertenecía? ¡Era hora de su venganza! Un hombre envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Lily Christian mientras le persuadía diciéndole: “Cariño, estás siendo demasiado suave con ellos. ¿Por qué no te compro una excavadora para que puedas atropellarlos con ella?”. Lily Christian estaba sorprendida, pero desde ese momento, con la ayuda del hombre, comenzó con su plan de venganza.
Leer más–¿Intentas llevarme a la cama con palabras bonitas? — resopló Tanying sarcásticamente poniendo los ojos en blanco.
Los pocos rayos de luz de la luna que lograban colarse por las cortinas de la habitación, reflejaban los rasgos perfectos del hombre quien sonreía con un toque de picardía al mirar la expresión de la joven que se encontraba al otro lado de la cama.
–¿Quién habló de cama? Hay lugares mucho más excitantes para hacerlo necesariamente no necesitaremos de una –Respondió sin pudor alguno. Su voz era seductora y sus ojos negros se iluminaron mostrando la malicia que había en ellos.
–Tú... –Reprochó Tanying entre dientes.
Su cuerpo se estremeció temblando por la colera, mientras su pequeño rostro se teñía de rojo por la vergüenza y la rabia que le causaban las palabras de aquel hombre tan descarado.
–¡Maximiliano Cash! –de repente gritó su nombre completo para luego apuntarlo con su dedo índice–Tú, hombre sin escrúpulos, ¡primero! un puto payaso patea mi estúpido trasero antes de que pase algo entre nosotros. Te recuerdo que el único motivo por el cual estoy aquí es porque no tuve opción alguna, ¡No seré, y no soy ninguna de tus putas baratas con las que sueles revolcarte! ¿Quieres sexo?, pues perfecto ve a buscarlo en otra porque en mí no lo hallaras porque no soy el juguete sexual de nadie.
Las facciones de Maximiliano cambiaran drásticamente, esfumando por completo su buen genio—¿Qué clase de esposa manda a su esposo a cometer infidelidad?, ¿Acaso tan desesperada te encuentras por encontrar motivo alguno para incriminarme y así poder divorciarte de mí?,jajaja cariño apenas ha pasado unas horas desde que nos casamos ¿o me equivoco? —
—¡Oh!, por dios acabo de ser descubierta, maldición, debí esforzarme enfingir un poco mejor para no ser demasiado obvia ¡demonios! — dijo Tanying dramáticamente en son de burla, haciendo que el rostro de su esposo se volviera mucho más oscuro; sin embargo, esto no pareció preocuparle en lo absoluto ya que sus facciones se tornaron de total seriedad mirando directamente a los ojos enfurecido de su esposo sin miedo alguno.
—Creí que mis intenciones eran lo suficientemente claras para ti “esposito”, desde que nuestros padres comenzaron con esta m****a de matrimonio obligándonos a estar donde ahora estamos ¿O que pensaste Que esto sería un puto cuento de hadas como los de Disney, ¡Oh! Espera— Expreso la joven agitando sus manos en el aire para luego agregar; —Mi amado señor millonario olvidaba que todo lo que usted puede poseer tiene que comprarlo con dinero ya que ese es el único medio en que sabe conseguir algo.
De repente una carcajada se escapó de los labios de Tanying produciendo ecos por las sólidas paredes de la habitación. Aunque la calefacción estaba encendida no se podía percibir ningún rastro de calidez en los recién casados, más bien el ambiente se sentía tan frio como una noche de invierno solitaria para ambas almas.
Si siquiera haberse percatado en que tiempo Maximiliano había llego justo donde estaba ella, el fuerte agarre de aquellas manos frías en su brazo que le causo dolor produciendo que su cuerpo se estremeciera, eso fue suficiente para que alzara su mirada y así encontrarse con aquellos ojos fríos que irradiaba pura furia, que si las miradas mataran seguramente Tanying hace mucho no contaría con vida.
—No te creas la gran cosa, el hecho de que seas la hijita consentida de papi no significa que voy a tolerar tus insolencias hacia mí. Controla tu lengua estarás en graves problemas no soy ninguno de esos chiquillos con los que estas acostumbradas a tratar en tu pequeño mundo de superioridad— Advirtió entre dientes, como si con cada palabra la estuviera asesinando.
Era inevitable que una chica como Tanying no se sintiera intimidada cuando en realidad por dentro estaba totalmente aterrorizada, quien no lo estaría si cada persona que habitaba en aquella cuidad temía estar en presencia de aquel hombre que por desgracia ahora era su esposo, ¿Qué cuáles eran los motivos para que el fuera tan temido y a la vez el delirio de muchas mujeres por su hermoso rostro? Pues solían haber especulaciones y rumores que en su totalidad ninguno de ellos hablaba bien sobre su persona, pero lo más intrigante de todo es que nadie sabía si todo eso eran verdades o falsedades.
—¡Suéltame! —
La mano grande y delgada que agarraba su muñeca no la soltó, si no que la sujeto con aun más fuerza— Tenemos una cama que compartir por el resto de nuestras vidas amada mía —
La expresión de la joven se convirtió en horror total, aun no asimilaba la idea de que se hubiera casado, pero este tipo ya quería que durmiera en la misma cama como si que realmente fueran la pareja del año cuándo claramente estaban muy lejos de serlo ni siquiera podían soportar respirar el mismo aire ¿cómo se suponía que iban a compartir la misma cama?.
— ¡Ni hoy, ni en ninguna otra noche, pienso dormir en la misma habitación donde este tu horrible presencia!, mejor vete quitando aquella ridícula fantasía de tu cabeza ya que esto no es un matrimonio real, suficiente con la farsa que tengo que montar de una felizmente esposa enamorada frente al público, para que ahora tenga qué soportar tu tonta idea de jugar al papi y a la mami ¿Esto realmente tiene que ser una pesadilla?— dicho eso logro zafarse con mucha suerte de su agarré, sin perder tiempo corrió velozmente hacia la puerta que daba al corredor. Maximiliano no se atrevió a decir palabra alguna. Por un momento quedó perplejo, ante el rechazo que había acabado de patear su enorme ego, mirando como desaparecía la delgada figura de su esposa.
—¿Pesadilla? — murmuro Maximiliano con lentitud, mostrando una sonrisa siniestra en sus labios……— Treminaras al igual que todas debajo de mis sábanas solo es cuestión de tiempo, de eso me encargo yo...
—Eso es correcto. Soy tu abuela... Margaret detuvo su mano, momentáneamente perdida en sus pensamientos con ojos distantes. —Soy su abuela... —¡Mamá, no lo pienses demasiado! ¡Mira, soy tu hijo y su tío, pero él nunca me mostró piedad! Ralph, sintiendo que algo andaba mal, intentó tranquilizarla: —Mamá, no lo obligaremos a morir. Sólo queremos que renuncie al control de la familia Russell. ¿No siempre has deseado que yo dirigiera la familia? —Simplemente estamos rectificando las cosas y volviendo a poner todo en marcha. —Hacer las cosas bien. Margaret enfatizó estas tres palabras y asintió: —Sí, rectifica las cosas. Ralph percibió su decisión y suspiró aliviado. Le acercó el desayuno y le dijo: —Mamá, deberías comer algo. Aún es temprano, no hay necesidad de apresurarte. Tómate tu tiempo. —Muy bien. —Cogió la cuchara y notó que Ralph todavía estaba sentado allí. Margaret preguntó: —¿Hay algo más? —Mamá, ¿le has informado a mi hermana sobre esto? Si bien las palabras d
El sábado llegó pronto, trayendo expectación y nervios. Temprano en la mañana, Ralph se levantó de su sueño, se puso un traje meticulosamente planchado, se peinó cuidadosamente y se aplicó colonia. Este día marcó un punto de inflexión fundamental en su vida y simboliza el comienzo de un nuevo capítulo. No se esperaba que los miembros mayores de la familia llegaran tan temprano, pero su principal preocupación recaía en su madre, Margaret. Aunque ella había aceptado su plan, Ralph no pudo deshacerse de sus preocupaciones hasta que todo concluyó. Para aliviar la carga de su madre, Ralph se aventuró a la cocina a preparar el desayuno y se lo entregó personalmente. Llamó a la puerta del dormitorio de Margaret, ansioso por compartir algo importante. La voz de Margaret emanó desde detrás de la puerta, expresando cansancio por el simple hecho de despertarse. Ralph, emocionado, se identificó y le ofreció el desayuno, instándola a abrir la puerta. Margaret, que inicialmente no r
Heather reconoció que la respuesta de Hannah era consistente con su comportamiento habitual en situaciones similares. Cuando se enfrentaba a la incertidumbre o la falta de información, Hannah a menudo proporcionaba respuestas vagas para evitar revelar problemas subyacentes, especialmente cuando Ella Hannah no estaba consciente del contexto completo. Por lo general, Hannah permitía que Heather tomara decisiones por sí misma, estando de acuerdo o en desacuerdo según fuera necesario. Sin embargo, dada la participación de Ralph en este asunto en particular, a Heather le preocupaba que Hannah pudiera tener motivos personales y tal vez todavía albergara sentimientos por él. En consecuencia, la reacción de Heather fue más pronunciada de lo habitual. —Está bien. ¿Ralph mencionó algo más? Heather se reclinó en el sofá, indicando cierto grado de relajación, indicando que su ira había disminuido. Hannah sacudió la cabeza lentamente, pero recordó algo. —Oh, mencionó que hay una reunión
Debido a la prolongada conversación con Margaret, Ralph llegó tarde al Grupo Riggs. Al llegar a la oficina, llamó a la oficina de Hannah en el piso de arriba, solo para que Chloe le informara que Heather ya se había ido. Esta noticia lo dejó irritado. Sospechando que Heather había sido engañada una vez más, Ralph buscó exhaustivamente en el estacionamiento pero no encontró señales del auto de la familia Riggs. Esperó ansiosamente abajo hasta el anochecer, incluso después de que todos los empleados se habían ido, pero Heather no estaba a la vista. —Qué mujer tan caprichosa—, murmuró Ralph con resentimiento. Mientras tanto, Hannah también experimentaba una sensación de inquietud. Aunque tenía intención de esperarlo e incluso se quedó hasta tarde en la oficina, Ralph no hizo ninguna llamada. Dudando en iniciar el contacto ella misma, sólo podía esperar pacientemente. A medida que pasó el tiempo sin ninguna señal de Ralph, Hannah finalmente recibió una llamada de Heather instándola
Mientras reflexionaba, Ralph notó que un automóvil se acercaba a él y resultó ser en el que estaba su madre, Margaret. Apresurándose, abrió la puerta del auto cuando se detuvo. —Mamá, has vuelto. Margaret lo miró fijamente. —¿Esperaste a que volviera? Ralph se rio entre dientes: —De ninguna manera. Estaba a punto de salir y casualmente te vi regresar. La verdad era que últimamente se había quedado en casa para evitar a Margaret, pero no podía admitirlo porque ella podría interpretarlo como arresto domiciliario. Margaret asintió. —Qué coincidencia—, y salió elegantemente del auto. Ralph la ayudó y le preguntó: —Mamá, ¿dónde has estado? —Salí a caminar. ¿Por qué? ¿Necesito informarte de mi paradero? —Margaret le dirigió una mirada de reojo. —Por supuesto que no. Solo estaba preguntando. Si quieres salir, dímelo y te acompañaré. Sonrió descaradamente, sintiendo que algo andaba mal en el comportamiento reciente de su madre. Margaret salió del auto, se estiró y se m
—Estoy abrumada por el trabajo. —Hannah agarró firmemente el teléfono con ambas manos, su corazón en un estado de emociones tumultuosas. La perspectiva de conocer a Ralph, ausente durante los últimos días, la obligó a aceptar. Incluso en sus sueños, persistían los recuerdos de los momentos felices que habían pasado juntos: las dulces palabras de Ralph, los tiernos besos y más. Sin embargo, la realidad al despertar fue un amargo contraste. La sospecha se apoderó de ella, mezclando sus palabras con mentiras, haciéndola preguntarse si las dulces expresiones de Ralph realmente estaban dirigidas a Heather. A pesar de estas dudas, Hannah voluntariamente se engañó a sí misma, aferrándose a la convicción de que Ralph la amaba. Durante más de dos décadas, había vivido como la sombra de su hermana, papel que aceptó sin ser Heather. Sin embargo, Ralph persistentemente se dirigió a ella como Annie, profesando públicamente propuestas románticas y prometiéndole una vida llena de felicid
Último capítulo