Consentida por Señor Rusell
Consentida por Señor Rusell
Por: Noche luminosa
Capítulo 1
Lily Christian despertó con dolor de cabeza y con la boca seca en mitad de la noche.

Ella estaba muy feliz porque por fin había terminado con la fórmula de ‘Primer Amor’, el perfume en el que había trabajado durante muchos años. Después de ganar el concurso que venía, lo siguiente en sus planes sería la boda de Lily y Nathaniel Hall.

Ellos se conocieron en la universidad, llevan conociéndose desde hace cinco años y llevan saliendo desde hacía tres. Lily lo dejó todo para centrarse en las fórmulas de los perfumes y finalmente consiguió ayudar a expandir la empresa de Nathaniel. Pensando en el hermoso futuro que le esperaba, la sed rompió sus pensamientos.

Se frotó las sienes, queriendo conseguir un poco de agua para calmar su sed. Sin embargo, oyó ruidos extraños procedentes de la habitación de alado.

Lily vivía sola en un apartamento alquilado. De vez en cuando, Nathaniel se quedaba a dormir, pero normalmente dormía en la otra habitación.

El ruido que oyó Lily le hizo preocuparse por si Nathaniel se encontraba mal. Cuando se acercó a la fuente, escuchó la voz de una mujer.

"Nate, ¿no nos oye Lily?".

Aunque la voz de la mujer no era clara, Lily estaba segura de que pertenecía a alguien que conocía. Al instante sintió que se le rompió el corazón.

Lily había desarrollado insomnio debido a su extensa investigación sobre los perfumes. Había empezado a depender de los somníferos en los últimos años, lo que la hacía algo resistente a sus efectos.

"Me convertiré en uno de los mejores perfumistas mañana después de que mi nuevo producto gane un premio. Asegurará mi estatus en esta industria, y tendrá toneladas de oportunidades de inversión llamando a su puerta. ¡Entonces podrás reclutar a toda la gente que quieras! ¿Cómo podría compararse Lily conmigo?".

A estas alturas, Lily identificó a la persona que estaba hablando mientras apretaba los puños. Era Melanie Thayer, una buena amiga de Lily de la universidad. Melanie estaba teniendo una aventura con el prometido de Lily. Lily ya había escuchado los rumores, pero prefirió no creerlos ciegamente. A pesar de eso, la verdad estaba hiriendo y destrozando a Lily.

Nathaniel respondió: "Incluso le nombré a la empresa con nuestros iniciales. ¿No ves lo mucho que te quiero? Lily es solo un peldaño en el gran esquema de las cosas. ¿Crees que habría manipulado las fórmulas de los perfumes de Lily durante el concurso de aficionados si no fuera por ti?".

"No quiero oírte decir su nombre. Solo quiero saber si la quieres a ella o a mí", la voz de Melanie era delicada, y sonaba sensual cada vez que estiraba sus palabras a un tono más alto. Sin embargo, a Lily no le pareció estridente.

Lily apretó los dientes y abrió los ojos, deseando poder ver a la desvergonzada pareja a través de la puerta. Los sonidos que pronto escuchó le provocaron náuseas. Apretó los puños con tanta fuerza que sus uñas se clavaron en las palmas de las manos hasta hacerlas sangrar. Hacer eso ayudó a que Lily no irrumpiera en la habitación. Nunca esperó que sus grandes esfuerzos terminaran así.

Lily saltó a la fama hace tres años tras ser coronada campeona en el concurso regional de perfumería. Recibió innumerables ofertas, incluso una de uno de los principales empresas del sector, el Grupo La Beauté. Sin embargo, las rechazó para centrarse en ayudar a Nathaniel con la empresa que acababa de crear.

Cuando participó en otro importante concurso hace dos años, hubo un problema con su perfume. Todo el mundo la ridiculizó, llamándola perfumista sin sentido del olfato. Por aquel entonces, no podía entender qué había fallado.

Nathaniel estaba "a su lado", preocupado. Le sugirió a Lily que trabajara entre bastidores mientras Melanie participaba en los concursos y asistía a los actos públicos.

Lily pensaba que se cubrían las espaldas mutuamente y que atravesarían juntos los obstáculos de la vida, pero no era más que uno de los muchos peones de Nathaniel en una partida de ajedrez.

Nathaniel llamó a su empresa ‘MN Inc’ y le dijo a Lily que solo eran dos letras elegidas al azar. Lily se creyó su estúpida excusa, pero eran las iniciales de Melanie y Nathaniel.

La desvergonzada pareja se mostraba enamorada mientras Lily ayudaba incondicionalmente a Nathaniel a ampliar su empresa. Era ridículo ahora que Lily pensaba en ello. La furia de Lily fue disminuyendo a medida que la calma se apoderaba de ella. Después de perder el sueño durante toda la noche, Lily finalmente escuchó los pasos de la ca*alla y la p*rra saliendo al amanecer.

Ella se levantó rápidamente de la cama y buscó en sus cajones. Finalmente, encontró una tarjeta con el nombre impreso en oro. Hacía tres años, el director ejecutivo del Grupo La Beauté, Alexander Russell, le dio a Lily su tarjeta de presentación personalmente. Se preguntó si su número de teléfono seguía siendo el mismo. Lily sostuvo el teléfono con fuerza en la mano, ligeramente nerviosa cuando el destinatario respondió a la llamada. "Señor Russell, soy Lily Christian".

Tras una pausa, Lily se dio cuenta de que Alexander no había colgado la llamada, así que continuó: "Nos conocimos en el concurso regional de perfumería hace tres años. En ese entonces me entrego su tarjeta de presentación".

"Sí, lo recuerdo". La voz profunda del hombre y tres simples palabras calmaron de alguna manera los nervios de Lily.

"Tengo que hacer una propuesta de negocios, y me imaginé que podrías estar interesado", dijo Lily.

Después de un poco de silencio, Alexander respondió: "Reúnete conmigo en mi oficina mañana a las 9 de la mañana. Hablaremos allí".

Lily se dio cuenta de que Alexander estaba a punto de colgar cuando lo detuvo rápidamente. "E-Espere, señor Russell, puede que mañana sea demasiado tarde. ¿Qué tal hoy? Además, es un inconveniente para mí encontrarme con usted en su oficina. ¿Podríamos encontrarnos en otro lugar?".

Lily estaba apurada y balbuceó. Después de soltar sus palabras, no pudo evitar sentirse ansiosa.

El Grupo La Beauté no era una empresa corriente. Poseía más del 67% de la cuota de mercado de la industria de la belleza en todo el país, por no hablar de su amplia gama de líneas de productos y su magnífico apoyo financiero.

El director ejecutivo del Grupo La Beauté, Alexander Russell, era simplemente una leyenda en el mundo de los negocios. Para Lily fue un milagro que accediera a reunirse con ella, y aun así se atrevió a negociar los detalles de su encuentro. Sin embargo, solo lo hizo porque no tenía otra opción.

El lanzamiento del producto y el concurso de perfumería comenzaban esa noche, así que sería demasiado tarde para que Lily hablara con Alexander al día siguiente. Ir a su empresa podría atraer atención innecesaria, afectando al plan de Lily.

Lily apretó más su teléfono e incluso se volvió cautelosa con su respiración. Esta vez, quería poner todas sus cartas sobre la mesa. Hubo un silencio de tres minutos al otro lado de la llamada. Lily pensó que estaba a punto de ser rechazada cuando Alexander dijo: "De acuerdo. Reúnete conmigo en la cafetería de Camino del Jardín en treinta minutos.

"Gracias...".

Antes de que Lily pudiera terminar, Alexander continuó: "Acuérdate de llevar tu pasaporte".

"Espera, ¿qué?", preguntó Lily, desconcertada. Alexander había colgado la llamada.

Lily digirió las palabras de Alexander y se preguntó si le había escuchado mal. Sin embargo, no tuvo tiempo de pensar más a fondo. Lily se cambió rápidamente de ropa y se puso presentable antes de salir. Afortunadamente, Camino del Jardín no estaba demasiado lejos y consiguió llegar a tiempo. Lily estaba a punto de entrar en la cafetería cuando alguien la detuvo.

"¿Señorita Lily Christian?", el hombre pronunció su nombre completo, pero Lily no tenía ni idea de quién era.

"El señor Russell la está esperando". Luego, le indicó a Lily que se moviera en otra dirección. Lily miró en la dirección que el hombre señalaba y vio una limusina Lincoln aparcada junto a la carretera.

Lily comprendió al instante lo que el hombre quería decir. Sin seguir dudando, se dirigió hacia la limusina y el conductor le abrió la puerta. No pudo ver mucho de lo que había en el interior del vehículo, excepto un par de piernas largas con zapatos de cuero brillante.

Cuando Lily entró en el coche, se estremeció instintivamente debido al aire frío del aire acondicionado. Luego miró al hombre y dijo: "Buenos días, señor Russell. Yo..."

"Vaya directamente al grano", la respuesta de Alexander fue corta, sencilla e indiferente.

Lily dejó de hablar bruscamente para mirar más de cerca su rostro.
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