CAPÍTULO 98: LA CENA DE LOS TRAIDORES
Derek
Desde aquella tarde en la plaza no he podido quitármela de la cabeza.
No debería pensar en ella. No después de todo lo que me dijeron, después de los recortes, los informes y las acusaciones. Sin embargo, su voz me persigue, su mirada rota, esa forma en que me dijo que lo nuestro fue real, que me amó y que yo la amé primero.
Al principio intenté convencerme de que era otra más. Una oportunista, una mujer herida buscando venganza, pero cada vez que cierro los ojos, no es Vanessa la que aparece en mis recuerdos confusos sino ella, Maddison, y no como una amenaza, sino como una ausencia.
Vanessa me trata con demasiado cuidado. Mide cada palabra, me habla como si fuera un niño frágil que hay que envolver con celofán, me repite frases que supuestamente solía decir, me cuenta historias en las que yo no me reconozco y mi madre... Vivian se ha convertido en una sombra elegante que aparece y desaparece como si solo viniera a supervisar que todo siga